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La oportunidad de repensar los plásticos en la economía circular (1)

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En la actualidad, el plástico se ha convertido en algo que nos encontramos en cualquier sitio, combinando propiedades y funcionalidad a un bajo coste, lo que ha llevado a que multiplique su presencia por 20 en los últimos 50 años y se estima que se duplique nuevamente en los próximos 20 años.

La oportunidad de repensar los plásticos en la economía circular

Todos nosotros, en todas partes y todos los días entramos en contacto con algún tipo de plástico

Si bien ofrece muchos beneficios, la relación de la economía lineal con los plásticos tiene inconvenientes que cada día son más evidentes y más difíciles de sobrellevar.

Por ejemplo, después de un primer uso muy corto, el 95% del plástico utilizado para embalaje, y valorado de 80.000 a 120.000 millones de dólares, se pierde en el modelo económico actual.

Y, ¿qué pasaría si definiéramos una nueva visión sobre los plásticos inspirada en la economía circular? En este nuevo planteamiento, evidentemente, los plásticos nunca se convertirían en residuos, estando incorporados en ciclos cerrados virtuosos ya sea como nutriente biológico (Biosfera) o como componente técnico (Tecnosfera).

Los materiales se deben integrar en los ciclos biológicos o técnicos

El objetivo de esta Nueva Economía del Plástico es proporcionarnos un mejor sistema económico y ambiental mediante la creación y replanteamiento de un eficaz uso del material cuando llega al fin de su vida útil, reduciendo drásticamente la llegada de plásticos a los ecosistemas (en particular a mares y océanos) y desacoplando su producción intensivas de las fuentes de materias primas fósiles.

Con el diseño, tecnología y sistemas que tenemos a nuestra disposición hoy en día, muchas de estas metas pueden alcanzarse, aunque sean parcialmente. Por ejemplo, un estudio revela que actualmente en Europa el 53% de los envases de plástico podrían reciclarse de manera sostenible.

Si bien el importe económico de la oportunidad puede ser objeto de debate y depende, entre otras cosas, del precio del petróleo, el mensaje que tenemos que lanzar a la sociedad es claro: hay muchas oportunidades a nuestro alcance, incluso donde no es totalmente factible hoy en día, y esa Nueva Economía del Plástico es una opción atractiva para la cadena de valor a nivel global y para los gobiernos.

Si nos centramos en el caso de los envases, es poco probable una disminución drástica en el volumen de envases plásticos que utilizamos, principalmente por los muchos beneficios que estos productos nos aportan.

Eso no quita que sigamos buscando soluciones para reducir y racionalizar su uso allí donde sea posible, desarrollando soluciones alternativas basadas en otros materiales que se integren de mejor manera en los ciclos de la Tecnosfera.

Así, la creación de una economía de plásticos ecoefectiva cuando acaban su ciclo de vida es la piedra angular de esta Nueva Economía de los Plásticos y también, su primera prioridad.

No solo es crucial para capturar más valor material y aumentar así la productividad de los recursos, sino que también ofrece un incentivo económico directo para evitar fugas en los sistemas naturales y ayudar a lograr la tan necesaria transición a materias primas de fuentes renovables, reduciendo de esta manera el tamaño del cambio que debemos llevar a cabo.

Pero, ¿qué pasos deberíamos dar?

  • Incrementar radicalmente el beneficio, la calidad y la captación del reciclaje

Establecer un mecanismo de diálogo de cadena de valor y desarrollar un Protocolo Global de Plásticos para establecer una dirección en el diseño sostenible y la convergencia en materiales, formatos y sistemas de uso posterior para mejorar sustancialmente la recolección, clasificación y reprocesamiento de los materiales, su calidad y su viabilidad económica, al tiempo que permite desarrollar ventajas regionales y la innovación continua.

Habilitar mercados secundarios para materias recicladas a través de la introducción y ampliación de los mecanismos de emparejamiento, compromisos de la industria, e incluso, intervención política.

Foco centrado en oportunidades clave de innovación que tengan el potencial de ampliarse, como puede ser la inversión en mejoras o nuevos materiales y en tecnologías de reprocesamiento.

Explorar el papel habilitador que puede proporcionar la gestión política de estos asuntos.

El desperdicios de alimentos y de los plásticos de envases, un problema de sostenibilidad

  • Ampliar la adopción de embalajes reutilizables

Todo ello como una prioridad dentro de las aplicaciones tipo B2B (empresa a empresa), pero también en aplicaciones específicas B2C (empresas a consumidores), como puede ser el caso de las bolsas de plástico.

  • Ampliar la adopción de envases de plástico compostables a nivel industrial para ciertas aplicaciones

Sería el caso de las bolsas de basura para desechos orgánicos y envases de alimentos para eventos, empresas de comida rápida, comedores y otros sistemas cerrados, donde existe un bajo riesgo de interferencia en el flujo de reciclaje, y donde el binomio entre un paquete compostable y su contenido orgánico ayuda, sin duda, a devolver los nutrientes al ciclo cerrado biológico (Biosfera).

En nuestra próxima entrega veremos cómo podemos reducir los plásticos que llegan a los ecosistemas, y cómo desacoplar el uso de plásticos de los materiales fósiles.

Y tu, ¿crees que podrías vivir reduciendo tu dependencia del plástico?

El artículo La oportunidad de repensar los plásticos en la economía circular (1) aparece primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.


¿Tiene el ozono relación con el cambio climático? (2)

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Después de conocer la importancia del ozono, ese gas presente de manera natural en la atmósfera y que protege la vida en la Tierra al absorber la parte de la radiación solar ultravioleta (UV), vamos a continuar revisando cómo puede afectar al calentamiento global que estamos sufriendo.

La importancia de controlar el agujero de ozono sobre la Antártida

Quizás te hayas preguntado porqué ocurre precisamente en la Antártida el agujero de la capa de ozono. Pues de debe, principalmente, a las condiciones meteorológicas particulares que en general sólo se dan en la región antártica.

Las muy bajas temperaturas de la estratósfera antártica durante el invierno crean nubes llamadas nubes estratosféricas polares (NEP), que no se presentan con igual frecuencia en el menos frío polo norte.

Las NEP facilitan las reacciones químicas que destruyen el ozono. Estas reacciones se inician al terminar el oscuro invierno polar cuando la radiación solar activa las sustancias destructoras de ozono.

La destrucción facilitada por las NEP es tan masiva que forma un agujero en la capa de ozono sobre una zona que prácticamente cubre todo el continente antártico.

Al mismo tiempo, el vórtice polar antártico (que se mantiene normalmente de agosto a noviembre) tiende a evitar que ozono de otras latitudes entre a la zona y cierre el agujero.

Cuando las temperaturas suben al final de la primavera, las NEP dejan de formarse y cesa por tanto la destrucción masiva de ozono. Entonces, ozono de otras latitudes arrastrado por los vientos cierra el agujero.

En relación a las perspectivas sobre la capa de ozono, se espera que la capa de ozono se recupere a mediados del siglo XXI, gracias al Protocolo de Montreal, y a medida que disminuyen las concentraciones en la atmósfera de las sustancias destructoras de ozono, es decir, sustancias que contienen entre otros elementos cloro y bromo.

Los GEI contribuyen a incrementar el efecto invernadero

El Protocolo de Montreal, que entró en vigencia el 1 de enero de 1989, establece normas de control para la producción de las sustancias destructoras del ozono, y gracias a su aplicación, la concentración en la estratósfera de estas sustancias ha comenzado a disminuir.

El Protocolo de Montreal ha sido ratificado por 197 países por lo que se trata del tratado internacional de protección del medio ambiente más exitoso de la historia

Sin el Protocolo de Montreal, la producción y el uso de sustancias destructoras de ozono hubiera llevado a aumentar 10 veces el cloro en la estratósfera en el 2050 y en comparación con los niveles de 1980.

Con esos niveles tan altos, la reducción o depleción de la capa de ozono hubiese sido mucho mayor.

Sin embargo, ¿podemos decir que es esta depleción de la capa de ozono la principal causa del cambio climático?

No, la depleción de la capa de ozono no es la principal causa del cambio climático. Sin embargo, ambos fenómenos están indirectamente relacionados debido a que el ozono es un gas de efecto invernadero (GEI).

Los gases de efecto invernadero absorben radiación y determinan el balance radiativo del Planeta, es decir, determinan la cantidad de energía absorbida.

Entre los gases de efecto invernadero destacan el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, los halocarbonos (entre los que se encuentran las sustancias destructoras de ozono), y el ozono.

Efectos de la alteración de los GEI en la atmósfera

El cambio climático es resultado de alteraciones en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a las que han contribuido de manera decisiva actividades humanas.

Aunque cambios antropogénicos en las concentraciones de ozono (aumentos en la tropósfera y disminuciones en la estratósfera) contribuyen a alterar el clima, no son el principal agente del cambio climático.

Emisiones de gases (como por ejemplo el CO2) resultantes del consumo de combustibles fósiles son los principales causantes del cambio climático

Podemos concluir que son estas emisiones las que han alterado significativamente el balance radiativo del Planeta que absorbe hoy más energía del Sol que antes de la era industrial.

Si quieres profundizar en este tema puedes acceder a la obra titulada Ozono y Radiación UV: Respuestas a las Preguntas Claves y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

El artículo ¿Tiene el ozono relación con el cambio climático? (2) aparece primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.

5 ideas que podrían salvar el Planeta

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¿A quién no le gustaría ser parte de una empresa que trabaje para hacer del mundo un lugar mejor? A nosotros desde luego que si, por eso vamos a repasar 5 de las 17 empresas que acaban de ganar los premios World Changing Ideas Awards 2019 y que están empujando de manera decidida para alcanzar esta meta.

Fast Company y sus ideas para salvar el Planeta en 2019

Todos sabemos lo importante que es la innovación para el futuro de nuestros negocios, y lo que supone para el impulso y el avance de las organizaciones, principalmente en lo relativo al desarrollo de nuevos productos y servicios que puedan cambiar el mundo y nuestras vidas.

Recientemente la revista Fast Company hizo públicos los ganadores de la tercera convocatoria de los World Changing Ideas Awards, con esos 17 galardonados que ayudan a preparar a nuestra sociedad a estar más preparadas para alcanzar esa meta de un futuro más sostenible y equitativo.

De entre más de 2.000 inscritos han surgido una decenas de finalistas, de los que han salido los ganadores, elegidos por un jurado de empresarios sociales, inversores, pensadores y diseñadores.

Y de éstos, nosotros hemos elegido 5 propuestas por su potencial para cambiar el Planeta. Veamos cuáles son:

1. Excelencia general: Aira

World Changing Ideas 2019: Aira

Empleando unas gafas inteligentes (smart glass) con una cámara de alta definición incorporada y un altavoz, junto a una aplicación (app) instalada en un teléfono inteligente (smart phone), las personas sin visión (o visión reducida) pueden tener la sensación de ver usando el producto de la empresa Aira, y que también se denomina Aira.

En la actualidad, solo alrededor del 53% de los estudiantes ciegos o con baja visión son capaces de superar con éxito el primer año de su curso universitario

Sin embargo, un grupo estudiantes han protagonizado un estudio que, utilizando el producto de Aira, han elevado este indicador a un 92%.

2. Educación: Proyecto Meraki Margdarshaq

World Changing Ideas 2019: Meraki

En palabras de Fast Company, la Fundación Meraki, con sede en Delhi (India), ha desarrollado un método para trabajar con padres con pocos recursos y con pocas posibilidades de prosperar para revertir la dinámica negativa en la que se ven envueltos sus hijos, alinearlos con las necesidades de desarrollo de los niños, proporcionándoles las herramientas oportunas para abordar esas necesidades, construyendo sistemas de apoyo para que estos padres no se vean desbordados.

En el mundo hay aproximadamente 250 millones de niños que no cuentan posibilidades de aprendizaje

Teniendo en cuenta este gran número de niños desfavorecidos, este proyecto tiene un impresionante impacto potencial.

3. Experimental: Spinnova

World Changing Ideas 2019: Spinnova

La compañía finlandesa Spinnova ha desarrollado una máquina capaz de moler los desechos agrícolas y la pulpa de madera, que dan lugar a fibras que luego se convierten en tela para producción textil.

Según los creadores de esta tecnología, el proceso emplea un 99% menos de agua que el necesario para producir algodón, cultivo conocido por la cantidad significativa de agua que requiere

Este tipo de proyectos son especialmente importantes en aquellas partes del mundo donde el agua es un bien escaso. ¡Y estas regiones cada día son más abundantes!

4. Alimentación: Apeel

World Changing Ideas 2019: Apeel

Es conocido que cada año desperdiciamos una enorme cantidad de alimentos, que supone aproximadamente un tercio de todo lo que se produce.

Una parte de este problema es que las frutas y verduras a menudo se pudren rápidamente después de ser cosechadas

Apeel Sciences ha desarrollado un revestimiento derivado de alimentos que puede ayudar a proteger los alimentos para que no se pudran, lo que permite que se mantengan en buen estado y se puedan consumir en vez de tirarse a la basura.

5. Empresa World Changing del año: IBM

World Changing Ideas 2019: IBM

IBM ha sido elegida este 2019 como compañía del año por su contribución a la creación de soluciones innovadoras para una gran variedad de importantes proyectos que impactan tanto a las personas como al Planeta.

Estos proyectos van desde la ayuda humanitaria hasta el suministro de alimentos y la inteligencia artificial

Esta multinacional tecnológica ha demostrado su implicación aportando sus conocimientos tecnológicos en ámbitos que pueden resultar sorprendentes.

¿Te han resultado interesantes estas ideas? Esperemos que si :-)

Tienes disponible la lista completa en Fast Company World Changing Ideas Awards.

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¿Sabes en qué consiste un sistema de gestión energética?

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En una época en la que el ahorro y el cuidado medioambiental deberían ser una constante encontramos como aliada a la gestión energética, esa suma de medidas planificadas que se llevan a cabo para lograr la mayor eficiencia energética manteniendo los niveles de confort en oficinas y edificios, o los niveles de producción en las fábricas.

La importancia del Sistema de Gestión Energética

Si recordamos la eficiencia energética tiene como objeto reducir el consumo de energía mediante el uso eficiente de la misma, optimizando los procesos productivos para producir más bienes y servicios utilizando la misma energía o menos.

Para lograr este objetivo de reducción se dispone de lo que se conoce como Sistema de Gestión Energética (SGE), que es la parte del sistema de gestión de una organización dedicada a desarrollar e implantar su política energética, así como a gestionar aquellos elementos de sus actividades, productos o servicios que interactúan con el uso de la energía.

Este sistema, que se puede combinar con el sistema de gestión ambiental en el conjunto de un sistema de gestión, es un procedimiento organizado de previsión y control del consumo de energía, que tiene como fin obtener el mayor rendimiento energético posible sin disminuir el nivel de prestaciones obtenidas.

Dada la naturaleza del SGE, es fácil deducir que se basa en el ciclo de mejora continua que conocemos como Círculo de Deming: Planificar-Ejecutar-Verificar-Actuar (Plan – Do- Check – Act, PDCA).

El círculo de Deming en el centro de la implantación de un SGE

Este deseo de mejora hace que un SGE encaje en organizaciones que pretendan:

  • Mejorar la eficiencia energética de sus procesos de una forma sistemática
  • Incrementar el aprovechamiento de energías renovables y su autoconsumo
  • Asegurar la conformidad de los procesos con la política energética de la organización

Con respecto a su composición, un Sistema de Gestión Energética se compone de:

  1. Estructura organizacional
  2. Procedimientos
  3. Procesos
  4. Recursos necesarios para su implementación

Beneficios

El esfuerzo dedicado por las empresas en la implantación de un Sistema de Gestión Energética les da la oportunidad de tener un autoconocimiento que va a resultar clave respecto al uso que realiza de la energía y respecto a cual es su potencial de ahorro y mejora.

Esto puede proporcionar una ventaja diferencial en la actual coyuntura económica y política

Este conocimiento propio proporciona elementos para la toma de decisiones que permitirán mantener y aumentar su competitividad.

Otra cuestión es que un SGE proporciona un medio para gestionar la energía de forma activa, y para disponer de documentación ordenada y registros fiables en relación a los ahorros conseguidos y sobre los proyectos en los que se va embarcando para conseguir los objetivos.

Finalmente, un SGE va a da lugar a que para prestar los servicios o para obtener los productos, la organización va a requerir menos energía, lo cual redunda en una disminución del coste de generación de dichos productos o servicios.

Si nos fijamos a nivel medioambiental, y además de la antes mencionada integración con el Sistema de Gestión de la Calidad, también es compatible con:

  • Sistema de Gestión Ambiental
  • Sistema de Verificación del Comercio de Derechos de Emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI)
  • Sistema de Reducciones Voluntarias de Gases de Efecto Invernadero (GEI)

Sin olvidarnos de que, el correcto uso de la energía definido en un SGE va a ir dirigido a disminuir nuestros impactos energéticos y va a poner en marcha una serie de proyectos de mejora continua en el ámbito medioambiental.

Esto conlleva una mayor optimización de esfuerzos tanto en cumplimiento de normativa medioambiental, como en las inversiones que se van realizando.

En el plano económico, un SGE permite un ahorro de costes y genera un efecto diferenciador frente a los competidores.

En el primer aspecto, hay estudios que evidencian que una gestión energética sistematizada permite ahorros mucho mayores que una gestión energética no sistematizada.

En este sentido, aunque la gestión energética sistemática que se consigue con un SGE, aunque supone un coste inicial, rápidamente genera una disminución de costes en cadena, y los resultados son espectaculares en pocos años, consiguiéndose en algunos casos ahorros cercanos superiores al 20% del coste inicial.

Con una gestión no sistemática del uso de nuestra energía, podemos realizar esfuerzos puntuales, que generarán picos de rebaja de coste y picos de incremento, no superándose normalmente el 10% de ahorro.

Otros beneficios que nos puede aportar un SGE están relacionados con los compromisos de la organización con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) e imagen hacia el exterior de la entidad.

Certificación ISO 50001

Otro aspecto a tratar es que un SGE puede estar certificado o no.

Independientemente de si se certifica, un Sistema de Gestión Energética por sí mismo, siempre es beneficioso para la organización ya que:

  • Permite identificar y priorizar los aspectos energéticos de la organización.
  • Evalúa el cumplimiento de todos los requisitos legales relativos a sus aspectos energéticos.
  • Establece objetivos de mejora de la eficiencia y optimización energética.
  • Establece procedimientos eficaces de control y seguimiento de los procesos energéticos.
  • Implica a todo el personal con la gestión energética.
  • Constituye una herramienta eficaz para realizar el seguimiento de actuaciones procedentes de auditorías energéticas.

La apuesta por Sistemas de Gestión integrales y compatibles

Por tanto, la certificación de un SGE asegura por tercera parte el control y seguimiento sistemático de los aspectos energéticos y la mejora continua del desempeño energético. Ello contribuye a un uso de la energía más eficiente y sostenible, otorgando confianza en el sistema de gestión.

La norma UNE-ISO 50001 es el sistema europeo de gestión de la energía que se centra en la eficiencia energética, tal y como la ISO 14001 lo hace en la gestión y reducción del impacto en el medio ambiente o la ISO 9001 en la mejora de la calidad y garantía en la satisfacción del cliente.

Los principios de la UNE-ISO 50001, están inspirados en la EN 16001. Por tanto las empresas certificadas en 16001 estarán preparadas para la ISO 50001

La metodología requiere el establecimiento de objetivos concretos, situando conjuntamente acciones y recursos para controlar y reducir el uso de energía, verificando el ahorro de energía y planificando mejoras.

Concluimos resaltando que la implantación de un SGE, certificado o no, contribuye establecer un proceso de mejora que conduce a un uso de la energía ecointeligente que beneficia a nuestra organización y al Planeta.

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La oportunidad de repensar los plásticos en la economía circular (2)

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Puestos a pensar un nuevo escenario circular en el que los plásticos dejen de ser los malos de la película y después de ver los primeros pasos a dar en Nueva Economía del Plástico, es el turno de reflexionar sobre el impacto de los plásticos descontrolados que llegan a los ecosistemas y sobre el binomio plástico – materiales fósiles.

Debemos tratar que los plásticos tengan desperdicio cero

Conseguir reducir de manera importante la llegada de plásticos a los sistemas naturales requeriría esfuerzos conjuntos en 3 ejes: mejorar la infraestructura para recoger los plásticos ya utilizados en aquellos países con gran presencia de este problema; aumentar el atractivo económico de mantener los materiales en el sistema y reducir el impacto negativo de los envases de plástico cuando escapan del circuito de recolección y reprocesado; y, además, incrementar los esfuerzos relacionados con el desarrollo de alternativas ecointeligentes.

Mejorar la infraestructura de recolección, almacenamiento y reprocesamiento de plásticos usados

Este es un primer paso especialmente crítico en países con importantes fugas de estos materiales en el medio ambiente. Pero seguramente no sea suficiente con actuar de manera aislada.

Como se trató en el informe de 2015 de Ocean Conservancy titulado Stemming the Tide, incluso en los mejores escenarios actuales, mejorando la infraestructura estas llegadas de residuos plásticos solo se estabilizarían, no se eliminarían, lo que implicaría que el volumen total acumulado de plásticos en el océano continuaría aumentando de forma importante.

Los océanos cada vez están más contaminados por plástico

Por lo tanto, la vía de trabajo actual no se centra únicamente en las mejoras a corto plazo necesarias en los países con este problema, sino también definiendo otras acciones complementarias igual de necesarias.

Aumentar el atractivo económico de mantener los materiales circulando en el sistema

Sin duda, la creación de una economía efectiva para los plásticos usados contribuye a reducir el problema anterior.

Mejorar el interés económico hace que aparezca infraestructura de recolección y procesamiento para el plástico usado, ya que se conforman como actividades más atractivas desde el punto de vista del negocio.

Por ejemplo, el aumento del valor de los embalajes plásticos usados reduce la probabilidad de que éstos escapen de los sistemas de recolección, especialmente en países donde el desarrollo del sector de gestión de residuos es incipiente.

Invertir en innovación para la creación de materiales y formatos que reduzcan el impacto ambiental de los residuos plásticos en el medio natural

Los envases actuales de plástico nos proporcionan grandes beneficios funcionales, pero tienen un fallo de diseño inherente: su vida útil prevista suele ser inferior a un año, sin embargo, el material persiste durante siglos.

Este defecto es particularmente dañino si estos envases escapan a los sistemas de recolección, como ocurre hoy en día con el 32% de los envases de plástico

A pesar de los esfuerzos en que los plásticos entren en estos sistemas, se producirán fallos y parte de ellos acaban fuera del proceso. Por ejemplo, con una tasa de fuga del sistema de solo el 1%, aproximadamente 1 millón de toneladas de envases de plástico escaparían de los sistemas de recolección y se acumularían en los ecosistemas naturales cada año.

Un objetivo (ambicioso) sería desarrollar envases de plástico bioresponsables que reduzcan los impactos negativos en los sistemas naturales cuando llegan a ellos, a la vez que sean reciclables y competitivos en términos de funcionalidad y costes.

Los plásticos biodegradables de hoy en día rara vez están a la altura de este objetivo, ya que normalmente son compostables solo en condiciones controladas (por ejemplo, en compostadores industriales). Se necesita mucha más investigación e innovación para que cambie esta situación.

 

También es importante incrementar los esfuerzos en comprender el impacto potencial de ciertas sustancias presentes en los plásticos y que tienen efectos perjudiciales en el entorno y en nuestra salud, acelerando el desarrollo y aplicación de alternativas seguras.

Vamos a finalizar reflexionando sobre el último punto que indicábamos al inicio y que es cómo desacoplar el uso de plásticos de los materiales fósiles.

Este desacoplamiento permitiría a la industria del envasado plástico aumentar su contribución a la productividad involucrando procesos de producción actualizados con bajas emisiones de carbono, lo que le permitiría participar de manera efectiva en este nuevo mundo sin carbono que en el que estamos trabajando.

Crear una economía efectiva de materiales plásticos usados es clave para el desacoplamiento porque, junto a la sustitución de materiales, reduciría la necesidad de materia prima virgen.

Otra parte central de este esfuerzo sería el desarrollo de materiales procedentes de fuentes renovables para proporcionar la materia prima que aún se necesitaría para compensar las pérdidas de ciclo restantes, a pesar de los previsibles aumentos en reciclaje y reutilización.

Os dejamos con este vídeo que muestra el impacto de los plásticos descontrolados en los sistemas naturales:

Y tu, ¿apuestas por esta Nueva Economía del Plástico?

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¿Qué es un Fab Lab?

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La Industria 4.0, el Movimiento Maker y la Peer Production están marcando el comienzo de una nueva revolución industrial. Los 2 primeros conceptos ya han sido tratados en ecointeligencia así que vamos a ver en qué consiste eso de la Peer Production.

Ejemplo de Fab Lab en una capital asiática

Se trata de un modelo productivo descentralizado en el cual la tarea a realizar se divide en fragmentos de diverso tamaño (preferiblemente pequeños).

Estos fragmentos se distribuyen entre muchas personas quienes aceptan libremente los que más les convienen y luego se integran mediante un proceso lo más automatizado y ligero posible.

Es necesario hacer notar en que para que el modelo funcione es necesario que se pueda aplicar la táctica de divide y vencerás.

Esta alternativa productiva deslocalizada ha experimentado su auge con la aparición de los espacios de trabajo denominados Fab Labs.

Un Fab Lab (procedente del inglés Fabrication Laboratory) es un espacio de producción de objetos físicos a escala personal o local equipado con tecnologías CAD/CAM.

La finalidad fundamental de un Fab Lab  es compartir espacio y recursos para generar objetos y conocimiento.

El primer Fab Lab se creó en el año 2001, en el Centro de Bits y Átomos del MIT (Massachusetts Institute of Technology) con el objetivo de dotar de realidad física a aquellas ideas desarrolladas en un contexto digital.

Un Fab Lab se caracteriza por su tamaño y una fuerte vinculación social y se fundamenta en 2 principios básicos:

1. DIY (Do It Yourself) o autofabricación

Se trata de un movimiento que apuesta por un modelo de producción distribuida personal o local.

Es decir, cualquier persona u organización puede acceder al Fab Lab más cercano, diseñar y fabricar sus propias necesidades e ideas.

2. Open Source o libre flujo de información y conocimientos

Todo el conocimiento generado por los usuarios en un Fab Lab se comparte en la red de Fab Labs y viceversa.

Además, cualquier no profesional o profesional del diseño, la arquitectura, la industria, la sanidad, la enseñanza ... puede servirse y servir a la red de Fab Labs conectados digitalmente desde cualquier parte del mundo ofreciendo un modelo de formación abierto, participativo y heterogéneo formado por individuos de cualquier edad y disciplina.

Actualmente existen más de un millar de Fab Labs en todo el mundo que constituyen una gran red impulsora de nuevos modelos profesionales, productivos y formativos

Prototipado y series cortas de productos sostenibles en un Fab Lab

Según la Fab Foundation, un Fab Lab se basa en 8 puntos clave que se agrupan:

Según su definición

1. Misión. Los Fab Labs son una red global de laboratorios locales que favorecen la creatividad proporcionando a los individuos herramientas de fabricación digital.

2. Acceso. Cualquier persona puede usar el Fab Lab para fabricar casi cualquier cosa que no haga daño a nadie. Además, se debe promover el autoaprendizaje y compartir el uso del laboratorio con otros usuarios.

3. Educación. La enseñanza en un Fab Lab se desarrolla sobre proyectos en progreso y el aprendizaje entre pares. Por lo que se insta a que los usuarios contribuyan a la documentación y la instrucción.

Según la responsabilidad de los usuarios

4. Seguridad. Es responsabilidad de los usuarios saber trabajar sin dañar a otros usuarios ni a las máquinas.

5. Limpieza. Es responsabilidad de los usuarios mantener limpio el espacio, por lo que se hace un llamamiento a dejar el laboratorio más limpio de lo que estaba antes de usarlo.

6. Operaciones. Los usuarios son responsables de contribuir al mantenimiento, reparación y mantenimiento de las herramientas y máquinas, las necesidades y los incidentes.

7.  Confidencialidad. Los diseños y procesos desarrollados en los Fab Labs deben quedar accesibles al uso individual aunque la propiedad intelectual pueda ser protegida según elección del usuario.

8. Negocio. Las actividades comerciales pueden ser incubadas en los Fab Labs pero no pueden entrar en conflicto con el acceso abierto. Debería crecer más allá del laboratorio en lugar de dentro, se espera que esos negocios beneficien a los inventores, laboratorios y redes que han contribuido a su éxito.

¿Qué equipamiento podemos encontrar en un Fab Lab?

Aunque evidentemente el material puede variar dependiendo de los recursos del espacio, si que hay un denominador común que se puede concretar en este equipamiento esencial:

  • Impresora 3D de plástico, tipo RepRap, o partes de yeso.
  • Cortadora láser CNC para ensamblado de estructuras 3D desde partes 2D.
  • Fresadora para hacer piezas medianas de mobiliario y partes de casas.
  • Cortadora de vinilo para fabricar circuitos flexibles y antenas.
  • Fresadora de precisión para hacer moldes tridimensionales y placas electrónicas.
  • Herramientas de programación para procesadores de bajo coste tipo Arduino o Raspberry Pi.

Con respecto al funcionamiento de un Fab Lab es interesante saber que son espacios de experimentación mediante tecnologías de fabricación digital integrados en contextos locales concretos. Existe gran heterogeneidad de objetivos, proyectos y modelos de negocio según cada Fab Lab.

Pueden dirigirse a cualquier colectivo y perseguir objetivos diferentes según las particularidades de cada Fab Lab, al igual que la procedencia de su financiación y estrategias de sostenibilidad económica.

Los laboratorios de fabricación digital fomentan la fabricación personal, contribuyen a relocalizar la producción hacia la pequeña escala de lo local, prescindiendo de los servicios de transporte y aduanas, reduciendo coste de producción y fomentando la sostenibilidad (en sus 3 vertientes :-), además de facilitar la solución de problemas reales a las personas en su día a día permitiendo crear cosas que no existe en un contexto productivo global.

Y para terminar queremos incidir en la potencia que procede del valor de su red, existiendo una Red Internacional del Fab Labs que actualmente supera los 1.000 laboratorios y que está accesible en la web fablabs.io.

Os dejamos con un vídeo en el que se comenta la revolución que ha supuesto la fabricación digital y cómo se avanza hacia un modelo localmente productivo pero globalmente conectado, donde se comparte el conocimiento de forma abierta:

Y tu, ¿te gustaría participar en este movimiento?

¿Tienes experiencia? ¿Nos la cuentas?

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¿Es lo mismo biodegradable que compostable?

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Cada día somos más conscientes que de nuestro actual modelo de desarrollo es insostenible, aunque nos ha permitido alcanzar un elevado nivel de bienestar en Occidente, siendo sus consecuencias cada día más evidentes.

Bandejas para carne fresca realizadas con plásticos compostables

Frente al modelo lineal basado en fabricar – usar – tirar surge el paradigma de la economía circular, que se asienta sobre la lógica Residuo = Alimento.

En la Unión Europea (UE) disponemos para dar soporte al modelo circular una estrategia que se materializa en documentos como Hacia una economía circular (2015) o el más reciente Una estrategia europea para el plástico en una economía circular que, entre otros objetivos, establece que para 2030 la demanda de plástico reciclado deberá multiplicarse por 4 con respecto a 2015 y que la totalidad de los envases de plástico comercializado en el territorio comunitario deberán ser reutilizables o reciclables (incluyendo los que sean compostables).

Ésta y otras iniciativas a nivel global, animan a la industria a buscar alternativas innovadoras y sostenibles para contener, proteger y distribuir los productos que llegan a nuestros hogares

Ante este escenario normativo y de nuevas pautas de consumo, las empresas están apostando cada vez más por materiales ecointeligentes, como puede ser los bioplásticos.

Un material se considera bioplástico cuando éste procede de fuentes renovables o es biodegradable o se dan ambas situaciones. Según un informe de European Bioplastics, los plásticos biodegradables, de entre los que se encuentra el PLA o plásticos basados en el almidón, representan el 42,9% de la producción total de bioplásticos, que se estima que en 2017 fue de algo más de 2 millones de toneladas.

Se suele distinguir entre 2 tipos de reciclaje:

  1. Físico – químico, que incluye el reciclado mecánico, el reciclado energético y el reciclado de constituyentes
  2. Orgánico, que se basa en el tratamiento aerobio (compostaje) o anaerobio (biometanización) mediante microorganismos y en condiciones controladas con el fin de transformar los materiales en residuos orgánicos estabilizados o de metano

Sin embargo en este punto suelen surgir dudas entre los términos biodegradable y compostable.

Un material biodegradable es aquel que puede descomponerse en elementos químicos naturales por la acción de agentes biológicos como bacterias, plantas o animales, junto con otros agentes físicos como el sol o el agua, en condiciones ambientales que se dan en la naturaleza y que transforman estas sustancias en nutrientes, dióxido de carbono, agua y biomasa.

Por su parte, un material compostable es aquél que puede ser degradado por la acción de organismos (es decir, biológicamente) produciendo CO2, agua, compuestos inorgánicos y biomasa en un periodo de tiempo controlado y bajo unas condiciones determinadas.

Por tanto, todos los materiales compostables son biodegradables, pero no todos los biodegradables son compostables.

El compostaje consiste en el tratamiento aeróbico de las partes biodegradables de los residuos de envases, con producción de residuos orgánicos estabilizados, bajo condiciones controladas y utilizando microorganismos.

Esta opción final de su vida útil es más sostenible y respetuosa con el medio ambiente que otros, como la eliminación de residuos

En un escenario de amplias zonas del Planeta en riego evidente de desertificación, el uso de compost de calidad ayudaría a incrementar la calidad del suelo.

Compostadora doméstica realizada con bioplástico

Si pasamos a un ámbito más cercano como es el de nuestros hogares, existe una demanda creciente por parte de los consumidores para que los materiales puedan ser compostables no solamente de forma industrial, sino también a nivel doméstico.

En este proceso, y debido al volumen comparativamente menor de residuos, la temperatura de una pila de compost de jardín es claramente menor y menos constante que en un entorno industrial de compostaje.

Por tanto, el compostaje en el jardín es un proceso más difícil y lento. Así, si en un ensayo de compostaje industrial se requiere una temperatura de 58ºC y 6 meses de duración para demostrar la biodegradación, un ensayo de home compost se realiza a una temperatura de entre 20 y 30ºC durante un período de 12 meses.

Pero otro medio en el que pueden terminar los plásticos es en el agua, ya sea en mares, ríos e incluso en aguas subterráneas. En este caso también se puede estudiar la biodegradabilidad de los materiales plásticos y trabajar por reducir el elevado impacto que amenaza la sostenibilidad y la biodiversidad en nuestros océanos y de nuestras reservas de agua dulce.

La fauna marina ingiere los microplásticos

Podemos finalizar concluyendo que con la normativa en vigor y las distintas tecnologías se puede impulsar tanto la compostabilidad como biodegradabilidad de los materiales plásticos, haciendo foco en envases y embalajes, para desarrollar un nuevo escenario con nuevas oportunidades para empresas ecoinnovadoras que quieran responder a las demandas de la sociedad y conformar la vanguardia de la sostenibilidad.

El artículo ¿Es lo mismo biodegradable que compostable? aparece primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.

Las ciudades más sostenibles de 2019 (1)

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En otras ocasiones vamos a repasar la sexta edición del Índice Cities in Motion (ICIM) realizado por el IESE Business School, que corresponde al 2019 y que evalúa a un número cada año más relevante de ciudades de todo el globo.

Es habitual que cada edición del ICIM mejore tanto en construcción como en cobertura de ciudades, siempre con la intención de ofrecer un índice objetivo, amplio, de gran cobertura y guiado por los criterios de relevancia conceptual y rigor estadístico.

En esta ocasión, el índice destaca por la incorporación de 2 elementos distintivos. El primero es el aumento significativo del número de variables en relación con las ciudades. Se incluye un total de 96 indicadores (13 más que en la edición anterior) que reflejan tanto datos objetivos como subjetivos y que ofrecen una visión amplia de cada urbe.

La segunda diferencia se refleja en el esfuerzo por ampliar la cobertura geográfica, que se traduce en el análisis de un mayor número de ciudades que en la edición anterior, añadiendo 11 nuevas urbes y cubriendo un total de 174 (79 de ellas, capitales) que representan a 80 países.

Al igual que en la edición anterior, se han fusionado 2 dimensiones del modelo conceptual, que originalmente tenía en cuenta 10 dimensiones claves, quedando las siguientes: economía, capital humano, proyección internacional, planificación urbana, medioambiente, tecnología, gobernanza, cohesión social y movilidad y transporte.

Estas diferencias respecto a ediciones anteriores provocan que los rankings no sean directamente comparables de un año a otro

También es importante recordar que cada ciudad es única e irrepetible y que tiene sus propias necesidades y oportunidades, por lo que es necesario que cada una diseñe su propio plan de ciudad inteligente, estableciendo sus prioridades y su operatoria para adaptarse a un entorno cambiante.

El Ranking general del ICIM 2019 es el siguiente:

  1. Londres ‐ Reino Unido
  2. Nueva York ‐ Estados Unidos
  3. Ámsterdam ‐ Países Bajos
  4. París ‐ Francia
  5. Reikiavik ‐ Islandia
  6. Tokio ‐ Japón
  7. Singapur ‐ Singapur
  8. Copenhague ‐ Dinamarca
  9. Berlín ‐ Alemania
  10. Viena ‐ Austria

Si realizamos un recorrido a los ranking en cada una de sus 9 dimensiones, encontramos lo siguiente:

1. Economía

New York, ciudad sostenible 2019

A lo largo de los años, la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) ha encabezado el ranking en esta dimensión, gracias especialmente a su elevado PIB y al número de empresas matrices que cotizan en bolsa.

Si bien sus indicadores hacen que de momento esta urbe sea difícilmente superable, Tokio, con características que pueden situarla a la cabeza de esta dimensión, va acercándose más al primer puesto año tras año.

En el top 10 de esta dimensión hay un total de 7 ciudades estadounidenses, debido, principalmente, a su elevado PIB per cápita

2. Capital humano

Londres, ciudad sostenible 2019

La ciudad que ocupa el primer puesto en esta dimensión es Londres (Reino Unido) y lo logra por contar con la mayor cantidad de escuelas de dirección de empresas de primer nivel, así como por tener el mayor número de universidades dentro de las 500 mejores del mundo.

También posee un gran número de escuelas de enseñanza media, públicas o privadas, y una elevada proporción de población con estudios secundarios y superiores, además de una gran oferta cultural en teatros, museos y galerías de arte.

Las ciudades estadounidenses también destacan en esta dimensión, siendo 5 ellas las que figuran en su top 10.

3. Cohesión social

Zurich, ciudad sostenible 2019

Zúrich (Suiza) es la ciudad que mayor calificación obtiene en esta dimensión.

Considerada una de las urbes con mejor calidad de vida del mundo en 2018 (Quality of Living Index) y la segunda más sostenible en 2016 (Sustainable Cities Index), cuenta con una baja tasa de homicidios y de criminalidad, uno de los índices de felicidad más elevados del mundo y la máxima valoración como entorno favorable para el desarrollo de la mujer.

Asimismo, tiene una baja tasa de desempleo y una distribución de ingresos bastante equitativa.

En esta dimensión, 6 de las 10 primeras ciudades del ranking son europeas, y 3 de ellas, suizas

Vamos a terminar en esta ocasión destacando que el índice ICIM tiene como finalidad servir de herramienta de referencia para realizar un diagnóstico integral de nuestras ciudades mediante un análisis comparativo.

 En nuestra próxima entrega, seguiremos repasando el resto de las dimensiones de este ranking de ciudades sostenibles 2019 en las que podemos ejemplos para inspirarnos.

Si quieres profundizar en este estudio sobre las ciudades sostenibles, puedes acceder al informe realizado por IESE Business School titulado Índice IESE Cities in Motion 2019 y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

¡Nos alegra ver cómo mejora en este ranking Murcia, la ciudad donde vivimos!

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¿Cuál es la huella de carbono de los medios de transporte?

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La contaminación atmosférica es uno de los principales problemas de la sociedad actual. Un problema de alcance local, regional e internacional que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) provoca alrededor de 1,3 millones de muertes al año en todo el mundo.

La bicicleta emerge como un medio de transporte ecológico para la ciudad

La mala calidad del aire, principalmente en las grandes ciudades, tiene un gran impacto sobre la salud de las personas provocando enfermedades respiratorias, cardiovasculares y digestivas, además de reacciones alérgicas en la piel. De hecho, según el informe State Global Air: contaminación del aire y salud publicado por el Health Effects Institute de Estados Unidos, la contaminación atmosférica reduce la esperanza de vida de las personas aproximadamente unos 20 meses, convirtiéndose en el quinto factor de riesgo de mortalidad en el mundo.

El sector del transporte es la principal fuente de contaminación atmosférica de las ciudades en Europa, según señaló la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) en 2018. Este organismo de la Unión Europea también indica que el 13% de las partículas contaminantes presentes en los 28 países de la Unión Europea provienen del transporte por carretera.

España cuenta con un parque nacional de vehículos con una cifra que ronda los 34 millones de unidades, principalmente compuesto por turismos, según señalan los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Nos desplazamos para ir a trabajar o simplemente para disfrutar de nuestro tiempo libre, pero dependiendo del tipo de transporte que utilicemos para movernos en la ciudad, la huella de carbono que dejamos aumenta más o menos por cada kilómetro recorrido.

Por suerte, en España cada vez son más las personas que apuestan por el uso de la bicicleta a la hora de moverse en la ciudad. La bicicleta es un medio de transporte que favorece la movilidad sostenible, ya que no daña al medio ambiente y también es bueno para la salud de las personas. En un espacio urbano monopolizado por el automóvil, cuyo tráfico condiciona la vida diaria de millones de personas, la bicicleta se sitúa como única apuesta segura para cambiar el sistema de movilidad en la ciudad. Además, es el medio de transporte más eficaz y barato, debido a que se pueden encontrar las mejores bicicletas del mercado a un precio muy asequible, para recorrer las distancias cortas de las urbes españolas.

El transporte con vehículos eléctricos toma fuerza en las ciudades

La huella de carbono de los medios de transporte

La huella de carbono es la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) emitidas de forma directa o indirecta por el ser humano como consecuencia del desarrollo de una determinada actividad. De esta forma, cada ser humano deja una huella de carbono en el planeta según sus propios hábitos y el consumo que realice diariamente (aquí puedes calcular la tuya), que se mide en toneladas de CO2 emitidas. Realizar este cálculo no es una tarea sencilla, ya que hay muchos factores que entran en juego a la hora de elegir el medio de transporte menos contaminante para moverse por la ciudad. El número de kilómetros, el número de pasajeros y el tipo de transporte son algunos de los elementos más importantes para conocer el medio de transporte que necesitamos para movernos por la ciudad y contaminar menos.

Junto al avión, el automóvil es uno de los medios de transporte más dañinos para el medio ambiente. Pongamos por ejemplo que utilizamos diariamente nuestro coche para ir a trabajar, sin ningún otro acompañante, y que recorremos una distancia de 12 kilómetros al día (6 kilómetros por trayecto).

Teniendo en cuenta estos datos, nuestra huella de carbono sería de 832,2 kilos de CO2 al año, aunque existen muchos tipos de vehículos y la cantidad de emisiones puede variar. En cualquier caso, si lo pensamos bien, el coche es un medio de transporte pensado para transportar hasta cinco pasajeros, pero lo habitual es que se ocupe sólo uno de esos asientos cuando vamos a trabajar, por lo que resulta totalmente ineficiente.

Las motocicletas ocupan la segunda posición en la lista de medios de transporte más contaminantes para desplazarnos por la ciudad. Si realizamos el mismo cálculo que en el caso de los automóviles, teniendo en cuenta el mismo número de kilómetros al día, las motos dejarían una huella de carbono de 525,6 kilos de CO2 al año.

La poca diferencia en la contaminación entre ambos medios de transporte se debe a que las motos montan motores de giro rápido, que implica que en la cámara de combustión (el corazón de la moto) se produzcan muchas combustiones por minuto, por lo que al quemarse la mezcla de oxígeno y gasolina de una forma tan rápida provoca una mayor contaminación.

Optemos por transporte con baja huella de carbono

La solución para reducir las emisiones de CO2 pasa por el uso de la bicicleta y los transportes públicos. El autobús ocupa la tercera posición como medio de transporte más contaminante, aunque su huella de carbono es de 271,6 kilos de CO2 al año (casi cuatro veces menos que el automóvil), siempre teniendo en cuenta los datos y factores expuestos anteriormente a la hora de realizar el cálculo.

El metro, el tren y el tranvía son los menos contaminantes, ya que su huella de carbono es de sólo 109,5 kilos de CO2 al año.

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¡Reciclar no es suficiente!

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Aunque desde hace años el foco de la sostenibilidad parece estar basado principalmente en el reciclaje, lo cierto es que esta práctica (o hábito) parece que NO nos está acercando, o al menos lo suficiente, a ese tan necesario estilo de vida sostenible y compatible con nuestro Planeta.

La recogida selectiva de residuos en primordial para el reciclaje

Y prueba de esto es que cada año acaban en nuestros mares unos 12 millones de toneladas de basura, lo que nos ha llevado a pronosticar que para 2050 en habrá más plástico que peces en los océanos.

Esta dramática situación, ejemplarizada principalmente por la contaminación debida a los plásticos, nos lleva a cuestionar las herramientas y procedimientos de los que disponemos en la actualidad para amortiguar las consecuencias que estamos sufriendo nosotros y el entorno.

Habrás observado que la proliferación del uso de plásticos de un solo uso unida a la imperante y adictiva economía lineal basada en el fabricar – usar – tirar hacen que el modelo resultante sea del todo insostenible.

¿Por qué afirmamos que es un modelo insostenible? Si nos fijamos en gran parte de materiales o utensilios que utilizamos a diario, como embalajes, recipientes, envoltorios y pequeños objetos, en el mejor de los casos, tras su uso, terminan en un contenedor para ser reciclados.

Sin embargo, su reciclaje es muy ineficiente y no logra los propósitos deseados. Si nos fijamos en el caso de los envases casi el 80% de ellos acaban en vertederos, incinerados o arrojados al medio ambiente.

Tal llega a ser el impacto de estos vertidos que incluso las poblaciones lejos del mar contribuyen a la contaminación por plástico de los océanos, ya que los sistemas de alcantarillado, depuradoras y cauces terminan canalizando todo el flujo de residuos plásticos hasta los mares.

Debemos eliminar la contaminación producida por el plástico

En los últimos 50 años, el aumento vertiginoso de nuestro consumo nos ha conducido una sobreexplotación de los recursos del Planeta y a que la huella ecológica haya aumentado casi un 190%, lo que supone que casi se haya triplicado.

Si le echamos un vistazo a la Historia, podemos apreciar cómo hemos estresado los límites de la naturaleza y, literalmente, nos estamos comiendo el Planeta: nuestra demanda de recursos necesita de más de un planeta y medio para satisfacerse.

Estudios actualizados revelan que para 2020 se necesitarán 1,75 Planetas, y 2,5 Planetas en 2050

Para no conformarnos y poder evitar este negro futuro, es necesario que adoptemos urgentemente un estilo de vida sostenible que cuestione la manera en que producimos, escogemos y consumimos los recursos, como sería el caso de los campos de la alimentación y la energía.

Una vez coincidimos en el diagnóstico del problema, en primer lgar, para poder plantear una solución más eficaz, necesitaríamos conocer la magnitud del problema.

Aquí aparece una importante dificultad relacionada con la información disponible. En el caso del reciclaje nos vendría bien conocer, por ejemplo, el número de envases que se consumen en los distintos territorios, los que finalmente son recuperados y los que son reciclados correctamente.

Aunque parece algo trivial y que puede estar controlado por organismos competentes, basta con intentar realizar este ejercicio de investigación para darse cuenta de que es una tarea complicada, ya que no existen datos suficientemente auditados por las administraciones, fiables, comparables entre sí, que permitan acercarnos a la realidad.

Se da el caso de que existen investigaciones relevantes que denuncian precisamente la inconsistencia de los datos de reciclaje oficiales que, desde las administraciones, se vienen publicitando y que contrastan con otros datos de recuperación que se pueden obtener por otros medios.

Por ejemplo, según un estudio reciente de Greenpeace en España, el reciclaje de envases plásticos se situaría entorno al 25%, muy lejos del porcentaje de reciclaje global de envases ligeros del 77,1% publicitado por Ecoembes.

Si los datos parece que nos fallan, también podemos detectar deficiencias en su tratamiento y reciclaje, lo que nos pone en la pista de que Administraciones y los organismos de gestión encargados no resuelven la problemática asociada al tratamiento de los residuos.

Nos podemos cuestionar si el sistema de contenedores en la calle, que es  un sistema voluntario de aportación de residuos, está llegando a su límite de efectividad y necesita ser complementado con otros sistemas de recogida.

SDDR como alternativa a los sistemas de gestión de envases

Hablaríamos de incorporar sistemas de recogida puerta a puerta, tanto domiciliarias como comerciales, los sistemas de depósito y devolución (SDDR) y los sistemas de pago por generación, para evitar que muchos de estos residuos acaben en los vertederos, incinerándose, contaminando el medio natural o marino o exportados a países donde no podemos asegurar, en muchos casos, cuál va a ser su destino final.

Pero sin duda el paso definitivo sería la implantación del modelo basado en la economía circular, donde desterramos de una vez por todas la palabra desperdicio (residuo o desecho) y todo se puede ver como alimento o entrada en otro ciclo de la Biosfera o de la Tecnosfera.

Pero mientras ejecutamos este cambio decisivo va a ser necesario poner en marcha medidas urgentes para solucionar la generación y contaminación que producen nuestros desperdicios, como por ejemplo:

  • Practicar la jerarquía multierre, es decir, reducir, reutilizar y, si no queda otra opción, reciclar de verdad.
  • Es necesario un cambio de mentalidad a la hora de consumir para alcanzar el primero de los retos, el de reducir. La sociedad deberá ser más consciente a la hora de comprar y replantear sus necesidades evitando consumos innecesarios.
  • No malgastar recursos y usar solo los estrictamente necesarios, dar durabilidad y buen uso a las cosas que tenemos y reparar las que se rompan.
  • Se puede consumir sin necesidad de comprar incorporando en nuestros hábitos propuestas de la economía colaborativa, por ejemplo, aprovechando bienes públicos, incentivando el préstamo, el intercambio o el alquiler. Igualmente reaprovechando materiales desechados.
  • Si, a pesar de todo ello, nos vemos obligados a comprar cosas nuevas podemos practicar un consumo responsable fijándonos en las características del producto que adquirimos: si está hecho de materiales sostenibles y recuperables fácilmente, si son envases especialmente, qué empresa nos vende (comercio justo o empresas de inserción social), si está comprometida ambiental y socialmente (bienes de bajo impacto ambiental, y productos de cercanía (economía local.
  • En cualquier caso, rechazar productos de usar y tirar, o que se importen desde lejanos países donde ni las condiciones laborales ni los estándares ambientales estén garantizados.
  • Y en último lugar y no menos importante, necesitamos que las administraciones y las empresas se involucren y faciliten estos cambios, con leyes y con cambios en sus negocios.

Pero lo verdaderamente importante es ser conscientes del problema al que nos enfrentamos y que no podemos demorar más el diseño y puesta en marcha de soluciones globales para evitar la falta de sostenibilidad de nuestro estilo de vida.

Y tu, ¿eres realmente consciente de la degradación que está sufriendo el Planeta por nuestra acción directa?

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Las ciudades más sostenibles de 2019 (2)

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Continuamos con el repaso de la sexta edición del Índice Cities in Motion (ICIM) correspondiente a 2019 y realizado por el IESE Business School. Recordemos que este estudio evalúa a un número cada año más relevante de ciudades de todo el globo.

Después de ver los rankings sostenibles correspondientes a las 3 primeras dimensiones, ahora vamos a revisar las 6 siguientes hasta completar un total de 9:

4. Medio Ambiente

Reikiavik, ICIM 2019

En esta dimensión, como el año anterior, las ciudades mejor posicionadas son Reikiavik (Islandia) y Wellington (Nueva Zelanda), que se encuentran en los primeros puestos del EPI y presentan bajos índices de polución y contaminación PM10 y PM2,5.

Asimismo, Reikiavik también sobresale por las fuentes de agua renovables que posee.

Este año destaca en el top 10 del ranking la entrada de Asunción (Paraguay), ciudad con la menor emisión de CO2

5. Gobernanza

Berna, ICIM 2019

Un año más, en esta dimensión el primer puesto lo ocupa Berna (Suiza), que muestra un buen desempeño en el índice de percepción de la corrupción, las reservas per cápita y el número de embajadas.

En esta dimensión también destacan otras 6 ciudades de Europa occidental entre los primeros 10 puestos del ranking, además de 2 estadounidenses

6. Planificación urbana

Toronto, ICIM 2019

Toronto (Canadá) obtiene el primer lugar en esta dimensión. Destaca por su gran desarrollo en infraestructuras, con un elevado número de edificios y rascacielos, y el acceso a instalaciones sanitarias adecuadas por parte de casi el total de la población urbana.

Asimismo, cuenta con un número de personas por hogar en torno a la media.

Cabe destacar que, en esta dimensión, 7 de las 10 ciudades del ranking son norteamericanas

7. Proyección internacional

Londres (Reino Unido) lidera esta dimensión, mientras que Ámsterdam (Países Bajos) y París (Francia) se sitúan en segunda y tercera posición, respectivamente.

Londres, ciudad sostenible 2019

Londres es una de las ciudades con mayor número de pasajeros de aerolíneas, algo coherente con poseer la mayor cantidad de rutas aéreas, y también sobresale por su importante número de hoteles y la cantidad de conferencias internacionales que organiza.

Ámsterdam destaca, al igual que la capital británica, por el número de pasajeros de aerolíneas y el elevado número de conferencias internacionales, mientras que la capital francesa, por su parte, es la cuarta ciudad en el ranking de urbes con mayor número de fotografías subidas a redes sociales y la segunda en organización de congresos y reuniones internacionales, además de contar con un elevado número de hoteles.

Dentro de las 10 primeras ciudades de esta dimensión se encuentran 5 europeas, 2 norteamericanas y 2 oceánicas

8. Tecnología

Singapur, ICIM 2019

Singapur (Singapur) ocupa el primer puesto de este ranking.

Como suele decirse, en esta ciudad todo gira en torno a la tecnología: es la que ofrece mayor velocidad de Internet a sus ciudadanos, con tres teléfonos móviles cada dos habitantes; posee un elevado índice de la cultura de la innovación (ICI); casi el 100% de su población tiene teléfono móvil; y dispone de un gran número de puntos de acceso wifi globales.

El segundo puesto de esta dimensión es para Hong Kong (China), que destaca por su elevado índice web y la cantidad de teléfonos móviles per cápita.

Dentro de las ciudades que ocupan las 10 primeras posiciones se encuentran 3 asiáticas y 5 europeas

9. Movilidad y transporte

Shanghai, ICIM 2019

Shanghái (China) es la primera del ranking y sobresale principalmente por la amplitud de su sistema de metro, además de ser la segunda ciudad con mayor número de estaciones.

Asimismo, tiene uno de los sistemas de bicicletas más desarrollados y es la cuarta urbe en el número de rutas aéreas de entrada.

Seis ciudades europeas y 3 asiáticas se encuentran dentro de las 10 primeras del ranking de esta dimensión

Tengamos en cuenta que este índice ICIM tiene como finalidad servir de herramienta de referencia para realizar un diagnóstico integral de nuestras ciudades mediante un análisis comparativo.

Si te ha parecido interesante y quieres profundizar en este estudio sobre las ciudades sostenibles, puedes acceder al informe realizado por IESE Business School titulado Índice IESE Cities in Motion 2019 y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

¿Te gustaría ver la ciudad en la que vives en una posición relevante en estos rankings?

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¿Qué tipos de bombillas LED existen? ¡Te ayudamos a encontrar la mejor!

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Las luces LED son, ya no solo el futuro de la iluminación, sino también el presente. Hace algunos años, mucha gente usaba de forma habitual la misma excusa, su elevado precio. Sin embargo, la popularización de las mismas ha hecho que su precio se vuelva absolutamente asumible para prácticamente todos los bolsillos.

La iluminación LED es responsable con el medio ambiente

Pero, ¿Qué es la iluminación LED? Un LED (Lighting Emitting Diode) es un diodo semiconductor capaz de emitir luz. Oleg Vladimírovich Lósev desarrolló el primero en 1927, aunque se tuvo que esperar hasta los sesenta para que comenzara a usarse en la industria.

Hoy en día, la iluminación LED ofrece muchas ventajas sobre las fuentes convencionales de luces incandescentes o fluorescentes, destacando un menor consumo de energía, una vida útil más larga, una gran robustez, un tamaño más pequeño, así como la posibilidad de fabricarlos en diversos colores.

Dicho esto, las excusas se nos acaban y es lógico que todos acabemos dando el salto a las luces LED. No solo iluminan mejor, sino que son prácticamente similares en precio, duran muchísimo más que las luces tradicionales y además son especialmente respetuosas con el medio ambiente.

Si todas estas fenomenales razones para comprar luces LED han terminado por convencerte, aparte de darte la enhorabuena pasaremos a echar un vistazo a los diferentes tipos que podemos encontrar en el mercado y sus características.

Tipo de conexión

Según el tipo de conexión, podemos encontrar diferentes tipos de luces LED. Por suerte para nosotros, estos son prácticamente iguales que los de las luces tradicionales.

En el caso de las luces fluorescentes y halógenas, podemos mantener el transformador de la luz anterior y sustituir el halógeno por uno LED, o también podemos sustituirlo por un adaptador para luces LED. Esta última opción siempre será la más recomendada por todos los expertos.

Sustituye tus viejas bombillas por iluminación LED

Por otra parte, si queremos sustituir una bombilla con rosca, simplemente debemos fijarnos en el tipo de rosca y comprar una bombilla LED del mismo tamaño.

Los diferentes tipos de rosca son G53, G13, G9, G4, GU5.3, GU10, E14 y E27

Las luces LED de casquillo E27 son sin duda las luces más utilizadas en el ámbito de la iluminación doméstica. Se conocen comúnmente como bombillas de rosca gorda y son las más comercializadas.

La mayor ventaja de las bombillas LED E27 es que podemos reducir el consumo hasta en un 80%. Se estima que su vida útil supera las 30.000 horas, además de proporcionarnos un ahorro económico a la hora de recibir la tan temida factura de la luz.

Tipo de iluminación

La otra característica principal para distinguir luces LED es el tipo de iluminación:

  • Blanco natural o neutral: es un color blanco carente de matices, que se asemeja mucho a la luz diurna habitual.
  • Blanco cálido: una luz con un tono amarillento muy claro.
  • Blanco frío: una luz blanquecina, pero con un ligero toque azulado.
  • RBG: luces de colores que podremos cambiar usando un mando especial que las modifique a nuestro gusto.

Los distintos tipo de iluminación LED pueden cubrir la mayoría de necesidades

En el ámbito doméstico no es realmente importante, pero en ámbitos comerciales se tiene muy en cuenta el uso de luces cálidas para zonas orientadas al descanso y las luces frías para zonas más orientadas al trabajo.

Esperamos que con esto tengas información suficiente para elegir correctamente y empezar a consumir energía eléctrica de una manera ecointeligente, que beneficia tanto a tu bolsillo como al Planeta.

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El plástico puede ser un aliado de la economía circular

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Quizás te sorprenda este titular si eres seguidor de ecointeligente pues el plástico es uno de esos materiales que nos está complicando el llevar un estilo de vida sostenible.

Los plásticos circulares como alternativa a los artículos de un solo uso

No se puede negar que el plástico es uno de los grandes inventos de la humanidad, por su versatilidad, ligereza y bajo coste de producción, pero su creciente mala fama viene provocada por lo mal que lo estamos empleando, principalmente por la proliferación de los artículos de plástico de un solo uso y esa falsa comodidad que nos están vendiendo.

Cuando empezamos en todo esto del diseño sostenible y la economía circular teníamos el referente del famoso polímero con el que se realizaron las copias originales de uno de nuestros libros de cabecera: Cradle to cradle, remaking the way we make things de Bill MacDonough y Michael Baungart. Eso si, la edición original americana porque en España se imprimió en papel :-(

Cradle to Cradle está impreso en un papel realizado con resinas plásticas y sustancias inorgánicas que lo hace impermeable, duradero y totalmente reciclable

Cradle to cradle, libro preferido de ecointeligencia

Por eso cuando tuvimos noticias de los avances de un equipo de investigadores del Laboratorio de Berkeley (EEUU) que habían conseguido desarrollar un plástico capaz de descomponerse y reciclarse de forma indefinida, vimos cumplido nuestro anhelo de disponer de esos plásticos integrados en el plano de la Tecnosfera y que una vez utilizados, se pueden incorporar de nuevo con material en un nuevo uso sin pérdida de propiedades.

Este descubrimiento disruptivo se aleja de los planteamientos de la mayoría de plásticos, que no están diseñados para que puedan reciclarse, ya que contienen ciertos aditivos como los colorantes u otras sustancias químicas que lo impiden.

Incluso el PET, que lo podemos considerar como uno de los plásticos más reciclables, se recicla según una tasa de solo el 20 o el 30%, tardando además unos 700 años en degradarse.

Los resultados del equipo de Berkeley se recogen en un estudio recientemente publicado en la revista especializada Nature Chemistry en el que los autores explican que es posible descomponer, a nivel molecular, un pedazo de plástico sin que este pierda sus cualidades iniciales.

Este tipo de polímero, que recibe el nombre de poli(dicetoenamina) (PDK, por sus siglas en inglés), permite esta descomposición en monómeros de los polímeros de carbono de los que están hechos los plásticos y, a diferencia de otros, puede separarse de los componentes químicos al entrar en contacto con una solución ácida que rompe los enlaces entre monómeros a la vez que los separa de los aditivos.

Estamos hablando de una interesante alternativa a muchos plásticos no reciclables y que aparece en un momentos en el que los plásticos están siendo seriamente cuestionados por su impacto en el medio natural y en la salud humana.

Desde que el primer polímero de plástico fuera sintetizado a principios del siglo XX, su producción no ha dejado de aumentar, estimando que pueda llegar a los 500 millones de toneladas en 2050.

Prácticamente nada se libra de su presencia, incluso productos de higiene y cosmética contienen plástico y, de todo lo producido, apenas un 5% se recicla, principalmente porque ningún método actual de reciclaje es capaz de preservar las propiedades originales de los plásticos.

Debemos tratar que los plásticos tengan desperdicio cero

Si las instalaciones estuvieran diseñadas para supraciclar los plásticos realizados con PDK, entonces podríamos evitar de una manera efectiva la llegada del plástico a los vertederos y a mares y océanos.

Este descubrimiento, sumado a un diseño sostenible y circular de materiales e instalaciones de reciclaje puede permitir que dispongamos de los tan deseados plásticos circulares.

Después de este importante paso, estos investigadores están trabajando en el desarrollo de plásticos PDK con una amplia gama de propiedades térmicas y mecánicas para aplicaciones tan diversas como textiles, impresión 3D y espumas.

Y no se van a quedar en este punto, ya que también buscan expandir las formulaciones incorporando materiales de origen vegetal y otras fuentes sostenibles.

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La presencia de plástico en el océano es una emergencia mundial

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Las estimaciones terribles nos señalan que hoy en día hay más de 150 millones de toneladas de plásticos en el océano. Sin un drástico cambio de tendencia, en 2025 el océano contendrá 1 tonelada de plástico por cada 3 toneladas de pescado, y para 2050, los océanos pueden tener más plásticos que peces.

Tortuga boba atrapada en una red, por Francis Pérez

Siendo una de las principales causas de la contaminación marina la proliferación de residuos plásticos, la lucha contra este problema es una de las áreas prioritarias del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 14 denominado Vida bajo el agua.

En 2018, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente situó la cuestión de la presencia de plásticos en mares y océanos entre las 6 emergencias ambientales más graves, junto con otras como el cambio climático, la acidificación de los océanos y la pérdida de biodiversidad.

Los plásticos representan la mayor parte de los residuos (60-95%) que se encuentran en los mares de todo el mundo y el principal tipo de residuos que se encuentra en las playas y sedimentos marinos

De éstos, el 80% procede de fuentes terrestres y el 20% de fuentes marinas, como puede ser la pesca, la acuicultura y el transporte marítimo.

Dado que la mayoría de los plásticos no son biodegradables, todos los plásticos presentes en el medio permanecerán durante cientos o miles de años.

Utilizados durante un promedio de cuatro años (y muy a menudo, solo una vez) los plásticos permanecen en el mar durante períodos que van desde 5 años para un filtro de cigarrillo, 20 años para una bolsa, 50 años para un vaso de plástico y hasta 600 años para un sedal.

Los macroplásticos, que son los artículos de desecho más grandes como bolsas, colillas de cigarrillos, globos, botellas, tapas o pajitas, son la forma más visible de contaminación plástica.

La fauna marina ingiere los microplásticos

Pero son los microplásticos, fragmentos de menos de 5 mm, los que más afectan a la vida marina.

Algunos microplásticos se producen directamente en el mar, ya que los desechos plásticos más grandes se descomponen a causa del viento, las olas o la luz ultravioleta.

Otros se fabrican intencionadamente como granza (pequeños gránulos utilizados en la producción de plástico) o agentes exfoliantes y aditivos para jabones, cremas, geles y pastas dentales, o se generan accidentalmente, por ejemplo, a partir del polvo de neumáticos o del uso y lavado de fibras sintéticas de la ropa.

El impacto de los microplásticos va más allá del ambiente marino, pues contamina incluso el aire, el agua del grifo y el agua embotellada, junto a los alimentos y bebidas, como la sal, la miel y la cerveza.

El coste económico global de los 10 a 20 millones de toneladas de plástico que terminan en los océanos del mundo cada año se estima en aproximadamente 13.000 millones de dólares por año en daños ambientales a los ecosistemas marinos.

Esto incluye las pérdidas financieras sufridas por la pesca y el turismo, así como el tiempo dedicado a la limpieza de las playas.

El impacto del plástico en el océano tiene un importante coste económico global

Pero si nos fijamos en los daños a la biodiversidad, más del 90% de éstos son causados a la fauna marina por los residuos humanos debido a los plásticos.

A escala mundial, existen unas 700 especies marinas amenazadas por los plásticos, de las cuales el 17% están catalogadas por la UICN como amenazadas o en peligro crítico, incluyendo la foca monje de Hawái, la tortuga boba y la pardela común.

La ingestión, la contaminación y enredamiento, así como el transporte de especies exóticas, son las principales formas en que los plásticos ponen en peligro la vida silvestre marina.

Además de los contaminantes, los plásticos también acumulan y autoseleccionan organismos, construyendo nuevas comunidades que son diferentes de las que viven en el agua … Sin duda, ¡una auténtica plasticosfera!

Si quieres profundizar en este tema, puedes acceder al informe realizado por WWF titulado Una trampa de plástico: liberando de plástico el Mediterráneo y disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.

El artículo La presencia de plástico en el océano es una emergencia mundial aparece primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.

De la ciudad inteligente al ciudadano ecointeligente

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Una de las características de define a la ciudad inteligente o Smart City es precisamente el uso intensivo de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Sin embargo, coincidimos en que el uso de estas tecnologías por sí mismas no hace a las ciudades inteligentes.

El éxito de la Smart City viene por involucrar al ciudadano

Entonces, ¿qué hace a las ciudades ser inteligentes? Pues lo hace el uso que las personas que las habitan hacen de las TIC, especialmente considerando que buena parte de ellas funcionan sobre la base de nuevas formas de colaboración, como sería el caso de los comentarios que realizamos sobre restaurantes, la posibilidad de utilizar vehículos compartidos, la obtención de datos de tráfico, el reporte de incidencias, por citar algunas de las más significativas.

Aunque estos datos se recojan de manera automática, se requiere de un nivel mínimo de involucración en la emisión del consentimiento para el uso de los datos generados y mayores grados de participación, como sería el caso, por ejemplo, de compartir herramientas y subir información.

Así, las tecnologías digitales que hacen a la ciudad más inteligente son aquellas que se sustentan y reflejan en movimientos urbanos de carácter social, cultural, artístico con cierta profundidad y compromiso.

Para ello es también necesario sensibilizar a los ciudadanos para involucrarlos en este tipo de proyectos. La información emitida por los ciudadanos forma parte del valor generado por otros actores tales como los proveedores de servicios urbanos, las empresas, y la propia ciudad como entidad.

Los ciudadanos demandan nuevos tipos de servicios que les ayuden, les faciliten la vida y sobre todo les permitan ahorrar tiempo y dinero. Ello implica recurrir al entorno digital que viabilice ganancias en forma de eficiencia y de bienestar en su entorno cercano.

Los ciudadanos comienzan a apostar por tener acceso y disfrutar del uso en contraposición a la propiedad, estando cada vez más familiarizados y siendo más conscientes de los problemas de sostenibilidad, de modo que son sensibles a que los bienes y servicios sean producidos y distribuidos de forma lo más responsable posible.

Las tendencias en la movilidad del futuro vienen de la mano de la electromovilidad y la conducción autónoma

Las administraciones públicas locales pueden aprovechar el aumento de la conciencia y la accesibilidad de los residentes urbanos para obtener un mayor nivel de compromiso y participación de la comunidad.

En cualquier caso, una Smart City tiene que ser para disfrute del ciudadano, por lo que no solo importan los problemas que la ciudad acometa sino también las prioridades que definan los ciudadanos.

Antes no existía suficiente información para conocer las necesidades y preferencias del ciudadano. Hoy, la condición de ciudad conectada permite establecer medios y canales de comunicación en tiempo real para que el ciudadano pueda transmitir sus necesidades o preferencias a las distintas administraciones.

El ciudadano tiene que entender qué información debe proporcionar para que funcione y en qué debe colaborar activamente. Para que estos dos puntos funcionen, lo primero que tiene que pasar es que el ciudadano esté informado y que se sienta seguro, protegido de problemas o inquietudes relacionados con la protección y privacidad de sus datos como los ciberataques, el phishing, la exposición de datos personales, entre otras.

Para aprovechar las ventajas de una ciudad inteligente, el individuo tiene que estar conectado. La clave para ello, hoy en día, es el equipamiento y uso de dispositivos móviles tales como los teléfonos inteligentes (smartphones), con los que el ciudadano ecointeligente puede realizar transacciones, recibir información sobre el entorno que le ayude a tomar mejores decisiones, y enviar información que permita conocer aspectos propios de la persona.

Otro aspecto relacionado es la incorporación de la Tecnología Vestible (wearables) en la indumentaria del ciudadano conectado. Hablamos de relojes, gafas, pulseras, zapatillas, anillos y ropa que permiten recoger y analizar información personal hasta sensores e instrumentos.

Tal y como entendemos las Smart Cities, éstas no se pueden configurar sin esta conectividad que hemos comentado, con la que los individuos están vinculados con las urbes en las que viven

La SmartCity y su metodología

En definitiva, en una ciudad inteligente los ciudadanos han de poder contar con la misma información que los administradores públicos, para lo cual es imprescindible, además de garantizar la conectividad de los ciudadanos y animar su participación activa, contar con iniciativas solventes, creíbles y auditables de Open Data y Open Government.

Para finalizar, nos gustaría indicar que se pueden constatar el interés de los individuos por el concepto de Smart City, por ejemplo, analizando la información que arrojan las búsquedas de información relativa a este concepto en Internet.

¡Esperemos que el modelo de ciudad inteligente solidifique y nos beneficiemos todos de lo que tiene que aportar en el futuro sostenibles de nuestras urbes!

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Europa busca poner freno al impacto ambiental del plástico

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Nadie puede negar que el plástico es uno de los grandes inventos de la humanidad, pero su desmedida proliferación y el mal uso que hacemos de ellos, principalmente cuando toma forma de artículos de un solo uso, nos han llevado a situación insostenible a nivel mundial.

Europa está decidida a combatir el impacto ambiental de los plásticos

Para poner freno y aliviar este problema, el pasado miércoles 12 de junio se publicó la Directiva (UE) 2019/904 relativa a la reducción del impacto ambiental de determinados productos de plástico.

Este texto también tiene como objetivo el fomento la tan necesaria transición a una economía circular de los modelos de negocio, basándose en servicios, productos y materiales innovadores y ecointeligentes que contribuyan a un funcionamiento más sostenible de nuestro mercado interior.

Está principalmente dirigida a los productos de plástico de un solo uso, que se enumeran en los anexos, a los productos fabricados con plástico oxodegradable y a los artes de pesca fabricadas con materiales plásticos.

Vamos a repasar los principales puntos:

Reducción del consumo

Los Estados miembros deben adoptar las medidas necesarias para lograr una reducción de recipientes para alimentos, tales como cajas, con o sin tapa, utilizados para contener alimentos que:

  • Está destinados al consumo humano
  • Normalmente se consumen en el propio envase
  • Están listos para el consumo sin ninguna otra preparación posterior, como cocinar, hervir o calentar
  • También se consideran los recipientes para alimentos utilizados para comida rápida u otros alimentos listos para su consumo inmediato, excepto los recipientes para bebidas, platos, envases y envoltorios que contienen alimentos

Restricciones a la introducción en el mercado

Los Estados miembros prohibirán la introducción en el mercado de los productos fabricados con plástico oxodegradable y los productos de plástico de un solo uso como:

  • Bastoncillos de algodón
  • Cubiertos
  • Platos
  • Pajitas o cañitas para bebidas
  • Agitadores de bebidas
  • Palitos destinados a sujetar e ir unidos a globos
  • Recipientes para alimentos, hechos de poliestireno expandido, tales como cajas, con o sin tapa, utilizados con el fin de contener alimentos
  • Los recipientes para bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones
  • Los vasos para bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones

El desperdicios de alimentos y de los plásticos de envases, un problema de sostenibilidad

Requisitos aplicables a los productos

Los Estados miembros velarán para que los recipientes de plástico que tengan tapas y tapones de plástico solo puedan ser introducidos en el mercado si las tapas y tapones permanecen unidos al recipiente durante la fase de utilización prevista de dicho producto.

En concreto se refiere a recipientes para bebidas de hasta 3 litros de capacidad, como las botellas para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los envases compuestos para bebidas, incluidos sus tapones y tapas, exceptuando los recipientes para bebidas de vidrio o metal con tapas y tapones hechos de plástico, y los recipientes para bebidas destinados y utilizados para alimentos para usos médicos especiales

Requisitos de marcado

Los Estados miembros velarán para que los siguientes productos de plástico de un solo un solo uso tengan una marca visible que informe a los consumidores de las opciones adecuadas de gestión de los residuos del producto y de la presencia de plásticos en el producto y el consiguiente impacto medioambiental negativo:

  • Compresas, tampones higiénicos y aplicadores de tampones
  • Toallitas húmedas para higiene personal y para usos domésticos
  • Productos del tabaco con filtro, y filtros comercializados para utilizarse en combinación con productos del tabaco
  • Vasos para bebidas

Responsabilidad ampliada del productor

Los Estados miembros deben velar por establecer regímenes de responsabilidad ampliada del productor en los siguientes productos de plástico de un solo uso que se hayan introducido en el mercado del Estado miembro, de conformidad a normativa vigente:

  • Recipientes para alimentos, tales como cajas, con o sin tapa
  • Envases y envoltorios fabricados con un material flexible que contienen alimentos destinados a un consumo inmediato
  • Recipientes para bebidas de hasta 3 litros de capacidad, como las botellas para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los envases compuestos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, pero no los recipientes para bebidas de vidrio o metal con tapas y tapones hechos de plástico
  • Vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones
  • Bolsas de plástico ligeras
  • Toallitas húmedas para higiene personal y para usos domésticos
  • Globos, excepto los globos para usos y aplicaciones industriales y profesionales, que no se distribuyen a los consumidores
  • Productos del tabaco con filtro, y filtros comercializados para utilizarse en combinación con productos del tabaco

La recogida selectiva de residuos en primordial para el reciclaje

Recogida separada

Los Estados miembros deben adoptar medidas necesarias para garantizar una recogida por separado, para su reciclado de botellas para bebidas de hasta 3 litros de capacidad, incluidos sus tapas y tapones, exceptuando:

  • Las botellas para bebidas de vidrio o metal con tapas y tapones hechos de plástico
  • Las botellas para bebidas destinadas y utilizadas para alimentos para usos médicos especiales

Medidas de concienciación

Los Estados miembros deben adoptar medidas para informar a los consumidores e incentivarles en su comportamiento responsable para reducir los vertidos de basura dispersa de los productos de plástico de un solo uso como:

  • Recipientes para alimentos, tales como cajas, con o sin tapa, utilizados con el fin de contener alimentos
  • Envases y envoltorios y fabricados con un material flexible que contienen alimentos destinados a un consumo inmediato
  • Recipientes para bebidas de hasta 3 litros de capacidad
  • Vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones
  • Productos del tabaco con filtro, y filtros comercializados para utilizarse en combinación con productos del tabaco
  • Toallitas húmedas para higiene personal y para usos domésticos
  • Globos, excepto los globos para usos y aplicaciones industriales y profesionales, que no se distribuyen a los consumidores
  • Bolsas de plástico ligeras
  • Compresas, tampones higiénicos y aplicadores de tampones

Sistemas de información e informes

Cada año los Estados miembros deben comunicar lo siguiente:

  • Los datos sobre los productos de plástico de un solo uso enumerados en el anexo que se hayan introducido en el mercado del Estado miembro cada año
  • Información sobre las medidas adoptadas por el Estado miembro
  • Los datos sobre los productos de plástico de un solo uso enumerados en el anexo que se hayan recogido por separado en el Estado miembro cada año
  • Los datos sobre los artes de pesca que contienen plástico introducidos en el mercado y sobre los residuos de artes de pesca recogidos en el Estado miembro cada año
  • Información sobre el contenido reciclado de las botellas para bebidas enumeradas en el anexo
  • Los datos sobre los residuos ocasionados por el consumo de productos de plástico de un solo uso enumerados en el anexo que se hayan recogido
  • Los datos sobre los artes de pesca que contienen plástico introducidos en el mercado y sobre los residuos de artes de pesca recogidos en el Estado miembro cada año
  • Información sobre el contenido reciclado de las botellas para bebidas para demostrar el cumplimiento de los objetivos establecidos en la directiva
  • Los datos sobre los residuos ocasionados por el consumo de productos de plástico de un solo uso enumerados en el anexo que se hayan recogido

Para finalizar, todos los Estados miembros deberán incorporar a su ordenamiento jurídico interno esta Directiva antes del 3 de julio de 2021.

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El éxito empresarial requiere de la suma de sostenibilidad y excelencia

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No se puede alcanzar el éxito empresarial sin crear un entorno sostenible que emane de una gestión ética, responsable y excelente de la actividad, ¿estás de acuerdo?

El éxito empresarial pasa por la sostenibilidad y la excelencia

La sostenibilidad es un proceso impulsado por humanos. Las máquinas no dirigen empresas o procesos, lo hacemos las personas.

La sostenibilidad maximiza el talento humano aprovechando nuestra atención hacia la optimización y la excelencia del proceso.

El desarrollo del concepto de excelencia en el marco de la empresa está íntimamente ligado a lo que conocemos como el Modelo EFQM de Excelencia.

Nacido en 1992 bajo el liderazgo e impulso de la European Foundation for Quality Management (EFQM) y de la mano de un equipo de expertos de la industria y la docencia, ofrece a las organizaciones una serie de herramientas de gran valor para orientarnos hacia la excelencia.

Hablamos, en este caso, de un marco holístico aplicable a cualquier organización, de cualquier tamaño o sector y en el que, actualmente, hay más de 50.000 organizaciones en el mundo trabajando en este sentido.

El Modelo EFQM se basa en un conjunto de valores europeos, expresados por primera vez en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (1953) y la Carta Social Europea (revisada el 1996), haciendo también referencia a los 10 principios del Pacto Mundial de la ONU.

Este modelo de excelencia ofrece una herramienta integral, práctica y no prescriptiva, que ayuda a las organizaciones a conocerse mejor a sí mismas, a realizar un análisis objetivo, riguroso y estructurado de su funcionamiento y, en consecuencia, a mejorar su gestión.

Partiendo del fundamento EFQM de que lo que no se mide, no se puede mejorar, nos permite avanzar para incrementar la competitividad de una organización determinando en que punto se encuentra y, a partir de ahí, identificando los cambios y las acciones necesarias para avanzar en el camino hacia la excelencia en la gestión.

Con esta filosofía de medición, las organizaciones pueden identificar sus puntos fuertes para así poder potenciarlos, y ciertas áreas de mejora que pueden representar nuevas oportunidades, pudiendo definir objetivos, prioridades y tomar decisiones fundamentadas.

La empresa Interface de Ray Anderson es ejemplo de sostenibilidad

Si nos adentramos un poco más en el Modelo EFQM de Excelencia, podemos ver que está integrado por 3 componentes:

  1. Los Valores de la Excelencia que describen los cimientos esenciales para alcanzar una excelencia sostenida en el tiempo. Dentro de este conjunto de valores, existe un valor principal que relaciona el modelo de excelencia EFQM con el ámbito de sostenibilidad y es el valor asociado a Crear un futuro sostenible.
  2. El Modelo EFQM que permite comprender las relaciones causa-efecto que existen entre lo que la organización hace (gestión) y lo que consigue (resultados).
  3. El Esquema REDER que proporciona una herramienta de medición para analizar el rendimiento y medir la madurez de la gestión de una organización.

En relación a esta suma necesaria entre excelencia y sostenibilidad, podemos avanzar en la integración de ambos conceptos apoyándonos en alguno de los referentes disponibles que permiten desplegar nuestro modelo de gestión responsable.

Tenemos a nuestro alcance metodologías, normas y marcos de trabajo tales como: ISO 26000, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Pacto Mundial, los Estándares GRI para la elaboración de Memorias de Sostenibilidad, o el Sistema de gestión SGE 21.

Una vez damos el salto en esta integración, aparece ante nosotros el anhelado modelo de organización excelente y sostenible

A lo largo de la historia, se ha podido comprobar que aquellas organizaciones que han sobrevivido han sido aquellas que han sabido desarrollar un conjunto de competencias y habilidades que les ha permitido adaptarse y dar respuesta a los nuevos retos que surgen como consecuencia de los continuos cambios.

Conceptos como los de la empresa viva y organización inteligente han estado presentes durante décadas y probablemente son un claro precedente a la necesidad actual de desarrollar conceptos y criterios vinculados con la excelencia y la sostenibilidad de las organizaciones.

Mitigación de un grave accidente medioambiental

En un entorno cambiante y competitivo como el actual, es difícil hablar de sostenibilidad de las organizaciones sin contemplar la necesidad de estar orientada a la excelencia, y viceversa.

Es más, la sociedad requiere directivos que piensen en el largo plazo, en la sostenibilidad y que fundamenten sus decisiones en valores éticos.

En definitiva, las organizaciones excelentes y sostenibles, y sus líderes que dan forma al futuro y lo hacen realidad, actúan como modelos de referencia por sus valores y principios éticos, inspirando confianza e integrándolo estos fundamentos en su estrategia.

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¿Vamos a cumplir los Objetivos 20/20/20 en 2020?

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Es frecuente que nos pregunten sobre si los países miembros de la Unión Europea estamos en condiciones de cumplir lo que se conoce como los Objetivos 20/20/20 para 2020.

Emisiones de gases de efecto invernadero por la actividad empresarial

Recordemos primero que estos objetivos están enmarcados en un paquete de medidas de la UE sobre cambio climático y energía que contempla, con respecto a cifras de 1990, los siguientes compromisos:

  1. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 20%
  2. Ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética
  3. Promover las energías renovables hasta el 20%

El objetivo de esta iniciativa es llevar a Europa hacia el camino del futuro sostenible, con una economía que genere pocas emisiones de carbono y consuma menos energía

Pero tan cerca ya del 2020, ¿cómo se encuentra de cerca o de lejos la UE de cumplir lo estipulado?

Pues vamos a verlo repasando cada uno de estos 3 puntos principales:

Emisiones de gases de efecto invernadero

Por suerte, las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía en el territorio de la UE están cada vez más disociados del crecimiento económico.

La transición a una economía moderna, hipocarbónica y eficiente desde el punto de vista energético sigue avanzando y Europa está en una senda creíble hacia el cumplimiento de sus compromisos del Acuerdo de París.

La UE está bien encaminada para alcanzar su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2020, es decir, una reducción de las emisiones del 20% con respecto a los niveles de 1990

Entre 1990 y 2017, la economía de la UE creció un 58%, mientras que las emisiones disminuyeron un 22%, según datos preliminares presentados por los Estados miembros.

Desde 1990, las emisiones han disminuido en todos los sectores económicos, excepto el transporte. El mayor descenso ha sido el del suministro de energía, constatándose que el crecimiento económico es menos dependiente del consumo de energía.

Tanto la productividad energética como la intensidad de gases de efecto invernadero del consumo de energía han mejorado continuamente en la UE, gracias sobre todo a las medidas de eficiencia energética de los Estados miembros.

Eficiencia energética

A pesar de esto último que acabamos de mencionar, es necesario redoblar los esfuerzos para alcanzar el objetivo de eficiencia energética de 2020.

Un análisis reciente muestra que, tras una disminución gradual entre 2007 y 2014, el consumo de energía ha empezado a aumentar en los últimos años y ahora se encuentra ligeramente por encima de la trayectoria lineal hacia los objetivos de 2020.

Ello se debe a las variaciones meteorológicas, como que 2015 y 2016 fueron años especialmente fríos, pero también al aumento de la actividad económica y a los bajos precios del petróleo.

La eficiencia energética es indispensable en la transición de modelo energético

La intensidad energética de la industria ha seguido mejorando, hasta un 22 % entre 2005 y 2017, y los ahorros de energía han contribuido sin duda a compensar en parte el impacto de esos aumentos. Sin embargo, no han sido suficientes para mantener la tendencia a la baja del consumo total.

Si bien el objetivo de eficiencia energética para 2020 sigue siendo alcanzable, el aumento continuo del consumo de energía podría poner en peligro su consecución

De ahí que la Comisión Europea ha creado un grupo de trabajo con los Estados miembros para movilizar esfuerzos y aprovechar plenamente el potencial de eficiencia energética.

En el sector del transporte, el consumo de energía y las emisiones disminuyeron entre 2007 y 2013, pero en la actualidad se sitúan más o menos en los niveles de 2005.

El impacto positivo de las políticas de eficiencia y, de manera más limitada, el impacto positivo de un cambio modal en el transporte, se ha visto contrarrestado por el aumento de la actividad de transporte y la baja utilización de la capacidad en el transporte de mercancías por carretera.

Energías renovables

El sector de las energías renovables ha seguido creciendo con vigor, pero con un despliegue desigual.

Desde 2014, la cuota de energías renovables en la combinación energética de la UE ha aumentado notablemente, alcanzando el 17,5% en 2017.

Las inversiones en energías renovables están cada vez más condicionadas por decisiones del mercado y los Estados miembros conceden cada vez más apoyo a las energías renovables a través de procedimientos de licitación y velan por que las instalaciones de energías renovables se integren en el mercado de la electricidad, tal como exigen las normas sobre ayudas estatales.

De esta forma se han reducido considerablemente los costes de despliegue de las energías renovables. Sin embargo, la penetración de las energías renovables varia de un sector a otro: en el sector de la electricidad llega al 30,8%, pero se queda en el 19,5% en el sector de la calefacción y la refrigeración, y en el 7,6% en el sector del transporte.

El ritmo de aumento de la cuota de energías renovables también se ha ralentizado desde 2014

La UE está en vías de cumplir sus objetivos de 2020 en materia de energías renovables, pero deben redoblarse los esfuerzos para garantizar que se alcancen los de 2030.

En 2017, la cuota de energías renovables de 11 Estados miembros ya se situaba por encima de sus objetivos para 2020. Estos países son: Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Estonia, Croacia, Italia, Lituania, Hungría, Rumanía, Finlandia y Suecia.

Además, 21 Estados miembros habían cumplido o superado su trayectoria indicativa media de la Directiva sobre energías renovables para el bienio 2017-2018. Estos países son: Bulgaria, Chequia, Dinamarca, Alemania, Estonia, Grecia, España, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Hungría, Malta, Austria, Portugal, Rumanía, Eslovaquia, Finlandia, Suecia y el Reino Unido.

Los 7 Estados miembros restantes (Bélgica, Francia, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos, Polonia y Eslovenia) debían intensificar sus esfuerzos para cumplir la trayectoria media de 2017-2018 hacia 2020.

Campo de generadores eólicos en Albacete (España)

Sin embargo, en 11 Estados miembros las medidas previstas o que se están aplicando para fomentar las energías renovables parecen insuficientes para cumplir su trayectoria indicativa si solo se tiene en cuenta el suministro nacional, sin mecanismos de cooperación. Estos países son: Bélgica, Irlanda, Grecia, Francia, Chipre, Luxemburgo, Malta, los Países Bajos, Polonia, Portugal y el Reino Unido.

Además, en el caso de 7 Estados miembros (Austria, Alemania, España, Letonia, Rumanía, Eslovenia y Eslovaquia) existe cierta incertidumbre sobre si alcanzarán los objetivos de energías renovables para 2020.

Para cumplir los objetivos en materia de energías renovables para 2020 y mantener esos niveles como referencia a partir de 2021, los Estados miembros deben seguir intensificando sus esfuerzos tanto de despliegue de renovables como de reducción del consumo de energía.

De manera adicional, todos los Estados miembros deben plantearse la posibilidad de utilizar transferencias estadísticas, tal como se prevé́ en la Directiva sobre energías renovables, bien para garantizar la consecución del objetivo en caso de déficit, bien para vender sus posibles superávits a otros Estados miembros, estando decidida la Comisión a ayudar a los Estados miembros a este respecto.

En este contexto, están en marcha una serie de medidas en toda la UE, que se llevarán a cabo por medio del grupo operativo sobre eficiencia energética creado por la Comisión, las nuevas subastas de energías renovables anunciadas por varios Estados miembros, entre ellos Francia, los Países Bajos y Portugal, y el mayor recurso a los acuerdos empresariales de compra de energía, mediante los cuales las empresas europeas adquirieron una cantidad récord de capacidad eólica en 2018.

Como puedes apreciar, todavía queda un último esfuerzo para alcanzar este escenario de retos que, por otra parte, serán el punto de partida de los objetivos que ha marcado la UE para 2030 y que trataremos en un próximo artículo de ecointeligencia.

El artículo ¿Vamos a cumplir los Objetivos 20/20/20 en 2020? aparece primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.

La automatización al servicio de la economía circular

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Nadie discute que el cambio (o huida) hacia una economía circular pasa por emplear de la manera adecuada toda la tecnología que tengamos a nuestro alcance. Conceptos como el de Industria 4.0, ó el de Logística 4.0, pasan por el uso intensivo de las Tecnologías Habilitadoras que nos ayuden a dar ese salto al paradigma circular.

La automatización ayuda a la implantación de la economía circular

A modo de recordatorio, entendemos por tecnologías habilitadoras aquellas tecnologías intensivas en conocimiento, que han sido identificadas como inductoras de innovaciones en diversos sectores económicos, y que potencialmente podrían provocar altas disrupciones en la economía y la sociedad en los próximos 10-15 años.

Se caracterizan estas tecnologías por un alto grado de I+D (ya sea en ciencia, tecnología o ingeniería), ciclos de innovación rápidos, una alta inversión de capital, y por combinar innovaciones físicas y digitales.

La irrupción de estas tecnologías en nuestras organizaciones está provocando un profundo cambio en el ecosistema de trabajo, en el que los trabajadores tradicionales conviven, por ejemplo, con cobots (collaborative robots, o robots colaborativos) para automatizar y optimizar la ejecución de procesos.

Estas tecnologías se pueden clasificar en digitales, híbridas o de ingeniería, y pueden provocar que nuestras empresas se conviertan en empresas TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) y dejen de manejar activos materiales o tangibles para operar principalmente con información y datos.

Es fácil deducir que aquellas compañías que abracen las tecnologías adecuadas se posicionarán como líderes de sus respectivos mercados

En este sentido, actualmente ninguna empresa puede considerarse innovadora si no incluye en su visión de futuro una estrategia de automatización.

La implantación de modelos de automatización y robotización se conduce a través del denominado RPA (Robotic Process Automation) que genera nuevas plataformas de colaboración soportadas por herramientas y procesos innovadores.

Estos modelos pueden desplegarse prácticamente en cualquier tipo de industria, automatizando de manera efectiva diferentes componentes de la infraestructura que sustentan el entorno de trabajo diario.

Según estimaciones de la consultora Gartner, la robotización crece a un ritmo del 25% anual, y 1 de cada 5 trabajos rutinarios habrá desaparecido en 2022 a consecuencia de las innovaciones tecnológicas.

En este contexto es cuando aparecen los miedos asociados a la automatización. Si vencemos el rechazo inicial se abre ante nosotros un mundo de posibilidades para eliminar tareas rutinarias, tediosas y peligrosas realizadas por humanos y que son susceptibles de ser realizadas por robots.

Esta circunstancia nos debe llevar a ser conscientes de que la robotización va a introducir notables alteraciones en el ecosistema de trabajadores cualificados, llevándonos a corto plazo a convivir con la automatización en nuestro puesto de trabajo.

Los robots colaborativos y autónomos son un desafío para el trabajo con personas

En este punto, empresas y trabajadores deben organizarse en torno a procesos flexibles, empleando herramientas tecnológicas que optimizan el trabajo sobre la base de la experiencia del ser humano.

¿Qué tipo de colaboraciones podemos encontrar entre humano y robot? Los ejemplos son diversos, veamos algunos:

  • Cobot: Que prepara un dossier extrayendo documentación de diferentes fuentes: web, app, Customer Relationship Management (CRM) …
  • Dashboard Cognitivo: Que bucea en el CRM para ayudar al operador del call center a proponer la mejor oferta al cliente al otro lado de la línea.
  • Algoritmo: Que es capaz de identificar el contenido de un email y responder automáticamente a los mensajes que no precisan intervención humana.
  • Sistema inteligente: Que recoge las peticiones de ayudas sociales y activa un programa de recomendaciones para que sea el funcionario quien tome la decisión de a quién asignar las ayuda.

Muchas de estas aplicaciones vienen de la mano del desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), que ha cambiado el paradigma de la automatización de tareas, generando algoritmos cada vez más inteligentes, capaces de acometer tareas con alto grado de especialización (y reservadas al humano hasta ahora) de manera mucho más rápida y eficiente, lo que establece nuevos hitos en la evolución de la asistencia automatizada al trabajo humano.

En este sentido, los implicados en el desarrollo de la IA aplicada a la robotización tienen por delante la tarea de definir el alcance y los objetivos de aquella, de manera que se garantice la mejora de las capacidades humanas en lugar de únicamente su sustitución.

Los robots pueden acometer tareas sencillas, como la elaboración de informes, y otras cada vez más complejas gracias a la IA, pero no tienen la potestad de abordar tareas creativas.

Después de todo, la creatividad es una facultad exclusivamente humana. Y hasta donde podemos atisbar, las organizaciones no dejarán de estar centrada en las personas, reservándoles las actividades de planificación, interpretación y decisión.

Será clave para las empresas proporcionar a sus trabajadores opciones y herramientas que permitan a estos sentirse valorados y asumir responsabilidad sobre su rendimiento, e instaurar un factor cultural de formación permanente en toda la organización.

La estructura última de las organizaciones cambiará, con un fuerte giro hacia el trabajo en equipo y multifuncional, y gran énfasis en las técnicas ágiles y ligeras.

Pero la tecnología no es un fin en si misma sino una herramienta por lo que si misma no es ni buena ni mala, sino que depende del uso que hagamos de ellas y las implicaciones o consecuencias que se deriven del mismo.

La simulación en planta reduce los costes de operación

No es la robotización la que genera desempleados sino cómo se implementan los cambios de modelo en los planes de las organizaciones. Tampoco infravaloremos la capacidad de adaptación del ser humano.

A pesar de la comprensible resistencia al cambio, en la historia de nuestra evolución encontramos numerosos ejemplos donde, una vez superados los primeros escollos se abre ante nosotros un nuevo escenario que culmina en la implantación del nuevo modelo, en este caso el circular.

Ante un  escenario actual dominado por el adictivo modelo lineal basado en el fabricar – usar – tirar, nuestra alternativa pasa por ejercitar un consumo responsable, implantando sistemas productivos basados en la tecnologías habilitadoras de la Industria 4.0 que nos facilite la adopción de estilo de vida sostenible.

Este cambio provoca incertidumbre en muchas organizaciones que se puede ver aliviada por la tecnología, en este caso, por la automatización que puede ayudar a las empresas a enfrentarse a nuevos desafíos y optimiza la aportación de valor de los trabajadores.

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¿Quién va a ser el líder del coche eléctrico?

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En esta ocasión nos vamos a hablar de marcas, sino del país que va camino de convertirse en el referente de la electromovilidad más avanzada. ¿Tienes idea quién puede ser? Unas pistas: no es Francia, ni Estados Unidos, ni Japón, ni Alemania … En efecto, has acertado, es China.

China es el país líder en el coche eléctrico

Desde que China se convirtiera hace unas décadas en la fábrica (barata, en primera instancia) del mundo, nos hemos acostumbrado a que sus productos inunden nuestros mercados y nuestras vidas.

Primero fueron las imitaciones baratas, para dar paso posteriormente a los productos de calidad con un salto cualitativo del gigante asiático. No te olvides que el iPhone que llevas es chino y muchos modelos europeos de coches vienen de China …

Si concretamos este hecho en el mundo de la automoción, podemos ver que China dio sus primeros pasos fabricando copias de vehículos de combustión interna, dándose el caso de que la gran mayoría de modelos no terminaron de gustar a nivel global.

Después de mucho insistir con la combustión interna, apareció un nuevo nicho de producto, el coche eléctrico. Este tipo de vehículo es más fácil de construir y podía aprovechar fácilmente las cadenas de fabricación y suministro de las que ya disponía China.

Siendo esta nueva categoría de producto ninguneada tanto por Japón como por Europa y Estados Unidos, en la actualidad ninguna de estas potencias económicas puede competir con la potente industria china. Bueno, solo existe un pequeño reducto de resistencia (y de innovación disruptiva) que se llama Tesla.

La recarga del coche eléctrico y sus tipos

Después de que la revolución cultural de las décadas 1960 y 1970 mermara la economía de China, el país comenzó a abrir sus mercados al mundo exterior, con el objetivo de importar los conocimientos tecnológicos extranjeros para que las empresas nacionales pudieran incorporarlos.

A principios de la década de los 80, los fabricantes de coches extranjeros empezaron a instalarse en China a condición de que formaran una empresa conjunta con un socio chino.

Al trabajar con las compañías extranjeras, las chinas obtendrían el conocimiento suficiente para llegar a funcionar de manera independiente algún día.

De esta manera, los coches producidos en China empezaron tener amplia presencia en el mercado, siendo en su mayoría esas imitaciones a las que nos referíamos.

Lo cierto es que ciertos aspectos relacionados con la motorización no eran tan buenos como los de la competencia estadounidense, japonesa o europea, que les llevaban mucha ventaja en el desarrollo del motor de combustión.

China consciente de esta desventaja, y de lo difícil que sería alcanzar a sus competidores apostó por superarlos con nuevas tecnologías en el emergente campo de la electromovilidad.

Los vehículos eléctricos (VE) resurgieron requiriendo menos complejidad mecánica y un desarrollo más intenso en lo relativo a la electrónica.

Por ejemplo, si nos fijamos en el motor eléctrico de un Chevrolet Bolt (que tampoco es de los más avanzados del segmento) podemos observar que contiene únicamente 24 piezas móviles, según un estudio realizado por la consultora UBS.

Si lo comparamos con el motor de combustión de un Volkswagen Golf, éste tiene 149 piezas móviles. Es decir, una relación de 1 pieza del motor eléctrico por 6 piezas del motor de combustión.

En lo relativo a la electrónica, China ya era un potencia, contando con una muy desarrollada cadena de suministro para la fabricación de productos electrónicos gracias a su producción para abastecer al mundo de dispositivos electrónicos (incluidas sus baterías) a nivel global.

Esto unido a los planes del gobierno chino para sustituir los motores de combustión por versiones eléctricas a un ritmo que ningún otro país puede alcanzar. También es de destacar que el 17% de los buses de China son ya eléctricos.

En Shenzhen hay más e-bus que en el resto del mundo

Comentar que el vehículo eléctrico es uno de los 10 pilares estratégicos de los planes para 2025, que persiguen convertir a China en el líder mundial en industrias de alta tecnología.

Acorde a esto, China ha establecido ciertas medidas que ayuden a generar demanda. Desde 2013, se han creado unas 500 empresas de vehículos eléctricos en China para cumplir con los planes gubernamentales y aprovechar las subvenciones puestas en marcha para incentivar el cambio.

Una medida que destacan a nivel de consumidor es la posibilidad de conseguir matricular un vehículo en las contaminadas ciudades chinas.

Precisamente para combatir la contaminación atmosférica, el número de matrículas que se pueden emitir al año está estrictamente limitado. Las matrículas de los vehículos eléctricos no solo se obtienen más rápido, sino que además, son gratis.

Lo que es una situación insostenible en las grandes urbes chinas, la contaminación atmosférica, se ha convertido en una oportunidad de impulsar la economía, eliminando la dependencia de los combustibles fósiles y sus emisiones que pueden acabar por ahogar a sus habitantes en sus propios humos.

Sería de agradecer, tanto para los habitantes chinos como para los del resto del mundo, que el cambio a la electromovilidad fuera acompañado de un cambio en el modelo de movilidad en las ciudades, no quedándose esto en la mera sustitución de un coche de combustión por uno eléctrico.

El despiste de los grandes de la automoción a nivel mundial sumada a la vertiginosa velocidad china en el impulso al vehículo eléctrico ha propiciado un nuevo escenario en el que las estrategias globales de electrificación empiezan a ser una realidad, y en el que las compañías chinas parten ya con ventaja.

Esto ha provocado que el centro de gravedad de la industria de la automoción se esté desplazando, de manera inexorable, del eje Japón – Europa – EEUU al eje asiático dominado por China y al que se pueden incorporar países como India y Corea del Sur.

Y tú, ¿eres consciente de la inminente presencia de la electromovilidad en nuestras vidas?

El artículo ¿Quién va a ser el líder del coche eléctrico? aparece primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.

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